Tras pedir la Fiscalía saudí la ejecución del destacado clérigo y reformista religioso Sheikh Salman al-Awda, y antes de que se celebre su juicio ante el tribunal antiterrorista conocido como Tribunal Penal Especializado el 28 de julio de 2019, Lynn Maalouf, directora de Investigación de Amnistía Internacional para Oriente Medio, ha manifestado:
Consideramos grave motivo de preocupación que Sheikh Salman al-Awda pueda ser condenado a muerte y ejecutado.
Lynn Maalouf
“Consideramos grave motivo de preocupación que Sheikh Salman al-Awda pueda ser condenado a muerte y ejecutado. Desde su detención hace casi dos años, ha soportado terribles sufrimientos, como prisión preventiva prolongada, meses de reclusión en régimen de aislamiento, detención en régimen de incomunicación y otros malos tratos, todo lo cual constituye una violación flagrante de su derecho a un juicio justo.”
“Las autoridades saudíes siguen afirmando que están luchando contra el ‘terrorismo’, cuando es evidente que este juicio, así como con los de otros activistas, entre ellos 37 hombres que fueron ejecutados en abril, es de motivación política y tiene por objeto silenciar las voces independientes en el país.”
“Sheikh al-Awda pide una sociedad más inclusiva, que acabe con la marginación de la ciudadanía chií de Arabia Saudí. Se le está castigando por ello, del mismo modo que se castiga a las mujeres y a quienes defienden los derechos de las mujeres por pedir mayores derechos. ¿Qué esperan conseguir las autoridades tratando a su ciudadanía de este modo? En vez de seguir adelante con este vergonzoso juicio, deben dejar a Sheikh al-Awda en libertad de inmediato y sin condiciones y retirar todos los cargos contra él.”
Información complementaria
El 7 de septiembre de 2017, agentes de seguridad del Estado detuvieron en su casa a Sheikh Salman al Awda, de 61 años, sin orden judicial, unas horas después de que publicara un tuit en el que animaba a las autoridades saudíes y qataríes a poner fin a su enfrentamiento diplomático. En noviembre de 2017, hombres vestidos de civil y cubiertos con pasamontañas, que según se cree eran de la Dirección de Seguridad del Estado, registraron su casa sin orden judicial y se incautaron de dispositivos electrónicos y libros.
Sheikh Salman al Awda estuvo recluido en régimen de incomunicación y aislamiento durante los primeros cinco meses de su detención, sin acceso a su familia ni a un abogado, a excepción de una breve llamada telefónica un mes después de haber sido detenido. En enero de 2018 fue hospitalizado, pues estaba cada vez peor de salud. Sólo se le permitió hacer una llamada a su familia un mes después.
En agosto de 2018, Sheikh Salman al Awda compareció en juicio en una vista secreta ante el Tribunal Penal Especializado, donde se formularon contra él 37 cargos, entre ellos los de afiliación a la Hermandad Musulmana y promoción de reformas gubernamentales y de un “cambio de régimen” en la región árabe. En mayo de 2019 compareció en otro juicio en una vista secreta, tras la cual su abogado informó a la familia de que la Fiscalía había pedido la pena de muerte.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, independientemente de la naturaleza del delito, de las características del delincuente o del sistema de ejecución utilizado por el Estado. La pena de muerte es una violación del derecho a la vida y el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante.