Debe garantizarse la libertad en los campos de desplazados de Sri Lanka

Cientos de miles de personas desplazadas por la reciente guerra en el noreste de Sri Lanka viven en campos de desplazados, privadas de derechos humanos fundamentales, como el derecho a la libertad de circulación, manifestó Amnistía Internacional el lunes. Irene Khan, secretaria general de la organización, presentó la campaña “Abre los campos de Sri Lanka” al comienzo de la Reunión del Consejo Internacional en Turquía, donde se reúnen delegados de la organización de todo el mundo.

Dos meses después del fin de los combates, las autoridades de Sri Lanka siguen sin abordar de forma adecuada las necesidades de las personas recientemente desplazadas por el conflicto. En los campos las condiciones son insalubres y hay un gran hacinamiento.

Estos campos, de hecho, son lugares de detención supervisados por el ejército. A las personas que viven en los campos no se les permite abandonarlos: se les deniegan salvaguardias jurídicas fundamentales. La afirmación del gobierno de que necesita retener a las personas en estos campos para llevar a cabo labores de selección y control no justifica la detención por tiempo indefinido de civiles, entre los que se encuentran familias enteras, personas mayores y niños.

A las personas desplazadas se les impide incluso hablar con los trabajadores humanitarios. Al no haber observadores independientes que puedan visitar los campos libremente, muchas personas carecen de protección y corren el peligro de sufrir secuestros, detención arbitraria, violencia sexual o de ser sometidas a desaparición forzada.

Según las cifras oficiales, los combates entre el ejército de Sri Lanka y los Tigres de Liberación de Eelam Tamil provocaron el desplazamiento de más de 409.000 personas. Al menos 280.000 de estas personas proceden de zonas anteriormente controladas por los Tigres de Liberación.  En marzo de 2009 se produjo una afluencia masiva de personas que huían del conflicto a zonas controladas por el gobierno.

A los desplazados, entre los que hay al menos 50.000 niños y niñas, se los aloja en 41 campos situados en cuatro distritos distintos. La mayoría de los desplazados están en el distrito de Vavuniya, donde se encuentra Manik Farm, el campo más grande.

En su visita a algunos de los campos en mayo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó: “He viajado por todo el mundo y visitados lugares parecidos, pero esta es, con mucho, la situación más terrible que he visto.”  

Pese a que se han producido algunos avances a la hora de satisfacer las necesidades básicas, queda mucho por hacer para que las personas desplazadas gocen del derecho a la salud, a la alimentación, al agua, y a reunirse con sus familiares.

Amnistía Internacional ha pedido también al gobierno de Sri Lanka que ponga fin a las restricciones a la libertad de circulación; que garantice que los campos tienen un carácter estrictamente civil y son administrados por autoridades civiles, no supervisados por el ejército; y que permita el acceso inmediato y sin obstáculos a los campos de las organizaciones y observadores nacionales e internacionales, incluidas las agencias de ayuda humanitaria, para que puedan vigilar la situación y actuar como salvaguardia contra las violaciones de derechos humanos.

El gobierno de Sri Lanka dijo el 21 de mayo que las personas desplazadas serían reasentadas en un plazo de 180 días. Pero hasta la fecha muy pocas personas han podido regresar a sus hogares o reunirse con amistades o familiares en otros lugares, y a las personas que permanecen no se les permite abandonar los límites de los campos.

Amnistía Internacional pide al gobierno de Sri Lanka que ponga fin a su política de retener a personas por la fuerza en los campos, lo que constituye detención arbitraria. El gobierno de Sri Lankan debe permitir a las personas que necesitan refugiarse de forma provisional en estos campos que circulen libremente dentro y fuera de sus límites.

Con la ayuda y el apoyo de la comunidad internacional y la participación de las propias personas desplazadas, el gobierno de Sri Lanka debe establecer parámetros y calendarios claros para garantizar que los desplazados pueden regresar a sus hogares de forma segura o dar otras soluciones duraderas a la población desplazada (como el reasentamiento) lo antes posible.

Como parte de la campaña “Abre los campos de Sri Lanka”, Amnistía Internacional  ha colocado un vídeo en Facebook, en el que pide al gobierno de Sri Lanka que permita la libertad de circulación y al gobierno de India que realice un seguimiento de la ayuda humanitaria prometida al gobierno de Sri Lanka y que ejerza presión para que se traslade de forma inmediata la administración de los campos de desplazados a las autoridades civiles.