Las familias de romaníes que viven en el asentamiento de Craica, en la localidad de Baia Mare, Rumania, corren peligro inminente de sufrir un nuevo desalojo forzoso. Según informes, el 2 de agosto, unas 30 familias recibieron la orden de abandonar sus casas antes del 5 de agosto. El 5 de agosto se procedió a la demolición de unas 15 viviendas; las familias que quedan podrían sufrir un desalojo forzoso en cualquier momento.