Dos activistas chinos, Jiang Yefei y Dong Guangping, corren peligro de sufrir tortura y otros malos tratos y ser juzgados sin garantías. Ambos fueron reconocidos como refugiados por la Agencia de la ONU para los Refugiados, pero se les devolvió a China desde Tailandia, violando con ello el derecho internacional. Llevan recluidos en régimen de incomunicación desde hace más de seis meses.