El 26 de marzo, funcionarios del estado nigeriano de Lagos desalojaron por la fuerza de sus hogares a más de 4.000 residentes de la comunidad ribereña de Otodogbame. Antes del desalojo forzoso, la población no había recibido ninguna notificación. Durante los hechos, varias de las personas residentes resultaron heridas debido a la fuerza excesiva empleada por la policía.