Haití: No hay protección para las niñas frente a la violencia sexual

(Haití) El gobierno de Haití no está protegiendo a las niñas del país frente a la violación y la violencia sexual. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy, 27 de noviembre, al presentar un informe con el que pide a las autoridades que reconozcan la gravedad del problema y cumplan con su deber de proteger a las jóvenes.

El 55 por ciento de las 105 violaciones denunciadas en lo que va de año tuvieron como víctimas a muchachas de menos de 18 años, según los datos de una de las pocas organizaciones que llevan un registro del número de agresiones sexuales contra mujeres y niñas. El año pasado, según datos de esa misma organización, el 58 por ciento de las violaciones y los actos de violencia sexual estuvieron dirigidos contra niñas de entre 19 meses y 18 años. Lo fundamental, no obstante, es que se desconoce la escala real del problema, ya que no existe una recogida centralizada de cifras.

Según ha informado Amnistía Internacional, la Brigada de Protección de Menores (Brigade de Protection des Mineurs) de la policía tiene una terrible escasez de personal. En marzo de 2008 contaba con tan sólo 12 agentes para todo el país, y no tenía ningún vehículo a su disposición. Cuando las denuncias se investigan, ha manifestado la organización, la respuesta del sistema de justicia es débil y poco efectiva.

“La violencia sexual contra las niñas, especialmente la violación, es una plaga en Haití, y no puede seguir ignorándose”, ha manifestado Gerardo Ducos, investigador de Amnistía Internacional sobre el Caribe.

“El gobierno haitiano no cumple con su obligación de proteger a las niñas. Dada la falta de ayuda oficial, no es de extrañar que la mayoría de los violadores y agresores de niñas no comparezcan ante la justicia, y puedan seguir cometiendo estos delitos sin temor a ser castigados. Para muchas niñas, sobrevivir a la violencia sexual significa guardar silencio.”

Amnistía Internacional ha manifestado que, aunque los informes generalizados de violaciones de mujeres a manos de grupos de hombres armados comenzaron durante el gobierno militar de entre 1991 y 1994, ahora se ha convertido en una práctica habitual entre las bandas de jóvenes, especialmente cada año en vísperas del Carnaval.

Aunque Amnistía Internacional reconoció como un paso adelante el Plan Nacional para Combatir la Violencia contra las Mujeres, instó a las autoridades haitianas a ponerlo en práctica de forma efectiva y a cumplir con las obligaciones que han contraído en virtud del derecho regional e internacional de los derechos humanos.

“Reconocemos que el gobierno se enfrenta a serios retos. Está tratando de fortalecer el desarrollo, la buena gobernanza y el Estado de derecho, pero ninguno de ellos puede conseguirse del todo sin proteger los derechos de las mujeres y las niñas”, ha manifestado Gerardo Ducos.

“Los dirigentes deben abordar la falta de confianza en la policía y el sistema de justicia para que las niñas puedan acudir a él en busca de ayuda y reparación. También debe existir un sistema coordinado para recopilar información de todo Haití con la que medir la naturaleza y el alcance de la violencia contra mujeres y niñas, y los resultados de ese estudio deben hacerse públicos en las dos lenguas oficiales. El gobierno no debe dar la espalda a las niñas de Haití.”

Amnistía Internacional ha destacado esta violencia sexual en Haití dentro de su proyecto Escuelas Seguras para Niñas, perteneciente a la Campaña para Combatir la Violencia contra las Mujeres. El proyecto Escuelas Seguras para Niñas se basa en la creencia de que la violencia que sufren las niñas en el sistema educativo viola sus derechos humanos fundamentales. Si la violencia contra las niñas en la escuela queda impune, el mensaje que se transmite a los niños y niñas y a la sociedad en general es que la violencia contra las mujeres y las niñas es aceptable, y que sufrir esa violencia en silencio es la norma.

Información complementaria Este informe, titulado Don’t Turn Your Back on Girls: Sexual violence against girls in Haiti ( sólo en inglés y francés ),  se basa en las investigaciones llevadas a cabo por Amnistía Internacional y en las entrevistas realizadas durante las visitas de los investigadores de la organización a Haití en septiembre de 2007 y marzo de 2008. En el informe se han cambiado los nombres de las niñas para proteger su privacidad y para no poner en peligro su seguridad.

Haití es uno de los pocos países de América que no cuenta con disposiciones legales específicas para hacer frente a la violencia doméstica.

El informe se presentó como parte de la serie de seminarios que representantes de Amnistía Internacional están llevando a cabo en Haití, y como parte de una campaña global de acciones sobre los derechos de las mujeres que tendrán lugar el 29 de noviembre de 2008, Día Internacional de las Mujeres Defensoras de los Derechos Humanos.

La Campaña para Combatir la Violencia contra las Mujeres pide que se apliquen las leyes existentes que garantizan el acceso a la justicia y los servicios, que se promulguen nuevas leyes para la protección de quienes defienden los derechos humanos de las mujeres, que se deroguen las leyes que discriminan a las mujeres y que se ponga fin a la violencia contra las mujeres a manos del Estado y sus agentes.

El proyecto Escuelas Seguras para Niñas reconoce que ningún acto de violencia contra las niñas es justificable, y que esa violencia es evitable.

Cuando se niega a las niñas su derecho a la educación, a menudo esa negación va acompañada de otras violaciones de derechos humanos. Por ejemplo, si, a causa de los desalojos forzosos, se niega a las niñas su derecho a una vivienda adecuada, es posible que las niñas no puedan asistir a la escuela. Si se viola su derecho al nivel de salud más alto posible –por ejemplo, negándoles medicación esencial–, esta violación afectará a sus oportunidades de recibir educación. Si no se protege a las niñas frente a la violencia física, psicológica y sexual, el efecto es que se mina su derecho a la educación, así como su derecho a no sufrir violencia. Las niñas que son objeto de violencia tienen dificultades para aprender, ven reducida su autoestima, y es posible que abandonen por completo la escuela. Una vez que dejan el sistema de educación formal, la mayoría nunca regresa.

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