Persistieron las denuncias de uso ilegítimo de la fuerza contra personas que se manifestaban pacíficamente. Un hombre romaní murió abatido a tiros durante una persecución policial. Continuaron las devoluciones sin el debido procedimiento de personas refugiadas y migrantes y los abusos contra sus derechos humanos a pesar de que las autoridades los negaban sistemáticamente. Las autoridades continuaron reprimiendo a ONG y a quienes trabajaban para ayudar a las personas refugiadas. Persistieron las violaciones de derechos de quienes ejercían la objeción de conciencia al servicio militar. Al tiempo que aumentaba la violencia contra las mujeres, el Parlamento aprobó un controvertido proyecto de ley sobre custodia de los hijos e hijas que aumentaba el peligro que corrían las víctimas de violencia de género en el ámbito familiar.
Leer másNo utiliza la pena de muerte
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