Ante la noticia de que Murtaja Qureiris, el joven saudí detenido cuando tenía 13 años, no será ejecutado y en su lugar deberá cumplir 12 años de cárcel, Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional para Oriente Medio, ha manifestado:
Aunque la noticia de que Murtaja Qureiris no será ejecutado sea un gran alivio para él y su familia, es absolutamente indignante que las autoridades saudíes pidieran la pena de muerte para una persona detenida cuando tenía 13 años. Aplicar la pena de muerte a personas menores de 18 años en el momento del delito es una violación manifiesta del derecho internacional.
Aunque las autoridades saudíes hayan perdonado la vida a Murtaja Qureiris en este caso, la legislación saudí sigue permitiendo que se condene a muerte a personas por delitos cometidos cuando eran menores de edad si éstos son punibles con la muerte con arreglo a la ley islámica (sharia).
Para demostrar su sincera intención de respetar los derechos del menor, las autoridades saudíes deben abolir la pena de muerte para todos los delitos cometidos siendo menor de edad.
Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional para Oriente Medio
“Para demostrar su sincera intención de respetar los derechos del menor, las autoridades saudíes deben abolir la pena de muerte para todos los delitos cometidos siendo menor de edad, y deben empezar por anular de inmediato las condenas de muerte de Ali al Nimr, Abdullah al Zaher y Dawood al Marhoon , otros tres hombres chiíes que fueron detenidos cuando eran menores de 18 años y corren peligro inminente de ejecución.”
Murtaja Qureiris estuvo recluido en régimen de aislamiento, y fue golpeado e intimidado durante el interrogatorio y coaccionado para que “confesara”. Su juicio fue manifiestamente injusto y ha sido tratado como adulto ante la ley, a pesar de que algunos de los cargos en su contra se refieren a cuando sólo tenía 10 años.
Murtaja Qureiris, que ahora tiene 18 años, fue detenido en septiembre de 2014 y llevado a juicio ante el Tribunal Penal Especializado en septiembre de 2018 acusado de diversos delitos, entre ellos participar en manifestaciones contra el gobierno, asistir al entierro de su hermano Ali Qureiris —muerto en una protesta en 2011—, unirse a una “organización terrorista”, lanzar cócteles molotov contra una comisaría de policía y disparar contra las fuerzas de seguridad.
En agosto de 2018, el rey Salman publicó la Ley de Delincuencia Juvenil, que establece una pena máxima de 10 años de cárcel para los menores de 18 años en los casos en que, si fueran mayores de edad, serían condenados a muerte, excepto cuando se trate de delitos punibles con la muerte con arreglo a la ley islámica (sharia). Al excluir éstos, la ley no se ajusta al derecho internacional de los derechos humanos, que prohíbe terminantemente aplicar la pena de muerte a personas menores de 18 años en el momento del delito.