Debe llevarse a cabo una investigación inmediata sobre los crecientes indicios de que las Fuerzas de Defensa de Israel han lanzado ataques aparentemente deliberados contra hospitales y profesionales de la salud en Gaza, unos ataques que han causado la muerte de seis miembros del personal médico. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional al mismo tiempo que ha difundido inquietantes testimonios de personal médico, de enfermería y de ambulancias que trabaja en la zona.
“Las espantosas descripciones que los conductores de ambulancia y otros miembros del personal médico hacen de la atroz situación en la que tienen que trabajar, con bombas y balas matando o hiriendo a sus colegas mientras tratan de salvar vidas, ilustran la sombría realidad de la vida en Gaza”, ha manifestado Philip Luther, director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Aún más alarmantes son los crecientes indicios de que el ejército israelí ha atacado a centros o profesionales de salud. Esos ataques están terminantemente prohibidos por el derecho internacional y constituirían crímenes de guerra. Sólo sirven para reforzar el argumento, ya de por sí imperioso, de que la situación debe ser remitida a la Corte Penal Internacional.”
Desde el 17 de julio, los ataques contra hospitales, personal médico y personal de ambulancia, incluidos quienes trataban de evacuar a personas heridas en los ataques israelíes, se han intensificado.
Ha habido equipos médicos a los que les han impedido llegar siquiera a zonas críticas, privando así a cientos de civiles heridos de una asistencia que podría salvarles la vida, y dejando a familias enteras sin ayuda para retirar los cadáveres de sus seres queridos.
Jaber Khalil Abu Rumileh, que supervisa los servicios de ambulancia en el hospital de Mártires de Al Aqsa, habló a Amnistía Internacional de un bombardeo contra el centro médico el 21 de julio que duró media hora.
“Eran las tres de la tarde y yo estaba trabajando en la unidad de urgencias. Oí una explosión que sacudió el hospital. Era un proyectil que había impactado en la cuarta planta, la unidad de embarazo y cesárea. Luego hubo varios impactos más. La gente estaba aterrorizada, los pacientes corrían, los médicos no podían entrar para ayudar a los heridos y retirar a los muertos. Entonces otro proyectil impactó en la planta tercera, y cuatro personas murieron. Vi a una mujer venir corriendo con el bebé al que acababa de dar a luz. Algunas mujeres dieron a luz durante el bombardeo.”
Mohammad Abu Jumiza sufre una sordera parcial a causa de las heridas que sufrió durante un ataque que tuvo lugar mientras trasladaba a personas heridas en su ambulancia en Jan Yunis el 24 de julio.
“Regresábamos al hospital de Nasser, con las luces encendidas y haciendo sonar las sirenas, como siempre. La ambulancia estaba claramente marcada como tal. El médico, la enfermera y yo vestíamos uniformes médicos. Cuando llegamos a la Universidad Islámica oí una explosión justo a nuestro lado, y las ventanillas delanteras y traseras saltaron por los aires. Cuando daba la vuelta, otro misil cayó a nuestro lado, y luego un tercero. Cuando cayó el cuarto, perdí el control y nos estrellamos, así que salimos corriendo del vehículo y nos refugiamos en un edificio. Luego cayeron dos misiles más, y varias personas resultaron heridas.”
El Dr. Bashar Murad, director de una unidad de urgencias y ambulancia de la Sociedad Palestina de la Media Luna Roja, contó que, desde el inicio del conflicto, al menos dos trabajadores de ambulancias de la Sociedad Palestina de la Media Luna Roja habían muerto, al menos 35 habían resultado heridos y 17 vehículos de salud habían quedado fuera de servicio tras ataques del ejército israelí.
“Nuestras ambulancias son atacadas a menudo, pese a que están claramente identificadas y llevan todas las señales de que son ambulancias. El ejército debería poder distinguir desde el aire que está disparando contra ambulancias”, relató.
Mohammad Al Abadlah, conductor de ambulancia, murió el 25 de julio. Estaba en Qarara para ayudar a una persona herida cuando fue alcanzado por disparos en la cadera y el pecho, y murió desangrado. Viajaba en una ambulancia con marcas bien visibles y vestía uniforme médico. Los colegas que se acercaron a él para ayudarle también se encontraron bajo ráfagas de disparos, pero no resultaron heridos.
A’ed Mustafa Bur’i, otro conductor de ambulancia, murió calcinado el 25 de julio en Beit Hanoon cuando un proyectil alcanzó el vehículo, claramente identificado, en el que viajaba.
Los hospitales de toda la Franja de Gaza sufren también falta de combustible y cortes de energía, un suministro inadecuado de agua, y escasez de medicamentos y material médico esencial. Esas carencias, ya habituales a causa de los siete años de bloqueo israelí, se han agravado mucho más durante las actuales hostilidades.