Cuba: “Las autoridades nos atacan porque hablamos de cuestiones que afectan a la gente”

Para el periodistas y bloguero cubano Luis Felipe Rojas, publicar una entrada en su blog Cruzar las alambradas o incluso enviar un mensaje por correo electrónico es una tarea de enormes proporciones. 

Cada vez que quiere acceder a Internet tiene que salir de su casa a primera hora de la mañana y viajar 200 kilómetros desde su localidad natal de Holguín, en la región oriental de la isla, al cibercafé más cercano. Si tiene suerte y la policía no le detiene en un control del camino, llegará a un ordenador en unas tres horas.

Una vez ahí, Luis Felipe tiene que mostrar su documento de identidad para comprar una tarjeta de acceso y pagar seis dólares estadounidenses para usar Internet sólo sesenta minutos; eso representa casi la tercera parte de un salario mensual local.

Algunos días se encuentra con que los sitios web que contienen información considerada crítica hacia el gobierno están bloqueados o que han desaparecido mensajes de su bandeja de entrada. 

El acceso a Internet está sometido a un control tan férreo en Cuba que los críticos del gobierno han inventado formas creativas para asegurarse de que sus artículos salen al exterior.

A veces eso implica convertir los artículos en imágenes digitales y enviarlos por SMS a un contacto fuera de Cuba para que lo teclee y lo publique en el blog de Luis Felipe. Éste también usa mensajes de texto para publicar en Twitter, pero la falta de acceso a Internet hace que no pueda ver lo que los demás le dicen o dicen sobre él. 

Luis Felipe es parte de un grupo creciente de periodistas y críticos del gobierno que están encontrando nuevas vías para eludir el control estatal y difundir información sobre los abusos contra los derechos humanos que se cometen en Cuba.

Según un informe reciente de Amnistía Internacional, los periodistas y blogueros independientes afrontan cada vez más amenazas y actos de intimidación cuando publican información crítica hacia las autoridades.

El Centro de Información Hablemos Press, agencia de noticias no oficial que observa los abusos contra los derechos humanos que se cometen en Cuba, informó hace poco de que desde marzo de 2011 hasta marzo de 2012 inclusive, habían sido detenidos más de 75 periodistas independientes; algunos, como Caridad Caballero Batista, hasta 20 veces.

“Tras la excarcelación masiva de presos de conciencia de 2011, hemos visto que las autoridades han agudizado su estrategia para silenciar la disidencia acosando a los críticos del gobierno y periodistas independientes con detenciones por breves periodos de tiempo y actos públicos de repudio”, afirma Gerardo Ducos, experto en Cuba de Amnistía Internacional.

El 25 de marzo, Luis Felipe fue detenido en una comisaría de policía, donde permaneció cinco días para impedirle viajar para asistir a una misa de campaña que iba a celebrar el papa Benedicto XVI. 

“Las autoridades nos atacan porque hablamos de cuestiones que afectan a la gente: que no todo el mundo tiene suficiente comida, que los servicios públicos no siempre funcionan, que hay problemas con el servicio de salud”, contó Luis Felipe a Amnistía Internacional. 

“He tenido miedo muchas veces. Miedo de salir a la calle, de que me golpeen, de que me encierren durante mucho tiempo y no poder ver a mis hijos. Pero el miedo no me detiene. No creo que un tweet mío vaya a salvar a nadie de la prisión, pero sí lo salva de la impunidad.”