Abolición en Nuevo México

Con su firma, la tarde del miércoles 18 de marzo, el gobernador de Nuevo México aprobó la ley por la que queda abolida la pena de muerte en este estado. Con la firma del gobernador Bill Richardson, ya son 15 los estados abolicionistas en Estados Unidos.

El gobernador Richardson declaró que había llegado a la conclusión de que la pena capital, por su carácter irrevocable, era un castigo inaceptable en un sistema de justicia imperfecto.

En su declaración señaló:

“La verdad es que el sistema no sólo no es perfecto, sino que dista de serlo. Es de por sí defectuoso […] En una sociedad que valora la vida y la libertad individual por encima de todo, en la que la justicia, no la venganza, es el único principio rector de nuestro sistema de justicia penal, la posibilidad de dictar una sentencia condenatoria injusta y –Dios no lo quiera– ejecutar a una persona inocente, repugna a nuestra sensibilidad como seres humanos”.

Desde 1975 se ha excarcelado en Estados Unidos a más de 120 personas condenadas a muerte después de demostrarse que eran inocentes. Entre ellas figuran cuatro hombres a los que en 1974 se condenó a muerte en Nuevo México y a los que se exoneró de culpa dos años después. Muchas otras de esas 120 personas llevaban más de 10 años condenadas a muerte cuando quedaron en libertad. 

El 13 de marzo de 2009, por 24 votos a favor y 18 en contra, el Senado de Nuevo México aprobó el proyecto de ley por el que se elimina la pena de muerte y se sustituye por una pena de cárcel sin posibilidad de libertad condicional. La Cámara de Representantes del estado ya lo había aprobado por 40 votos a favor y 28 en contra.

En la actualidad hay dos hombres condenados a muerte en Nuevo México. En este estado sólo se ha llevado a cabo una ejecución desde que los homicidios judiciales se reanudaron en 1977 en Estados Unidos. El 6 de noviembre de 2001, Terry Clark fue ejecutado mediante inyección letal en la primera ejecución llevada a cabo en Nuevo México desde 1960. El condenado había renunciado a presentar más recursos de apelación.

En Estados Unidos, los otros 14 estados abolicionistas son Alaska, Hawai, Iowa, Maine, Massachusetts, Michigan, Minnesota, Nueva Jersey, Nueva York, Dakota del Norte, Rhode Island, Vermont, Virginia Occidental y Wisconsin. El Distrito de Columbia es también abolicionista. Los 35 estados restantes, el gobierno federal y las fuerzas armadas mantienen la pena capital.

Amnistía Internacional ha pedido al gobierno federal y a las autoridades de los 35 estados que mantienen todavía la pena de muerte que se movilicen contra este castigo con vistas a abolirlo. La organización insta a las autoridades a que, en tanto no se elimine, impidan todas las ejecuciones en consonancia con el llamamiento formulado por la Asamblea General de la ONU en favor de una moratoria mundial al respecto.

El gobernador Richardson reconoció que Estados Unidos se encuentra cada vez más aislado en lo tocante a la pena de muerte:

“Desde una perspectiva internacional de los derechos humanos, no hay ninguna razón para que Estados Unidos vaya por detrás del resto del mundo en esta cuestión. Muchos de los países que siguen apoyando y aplicando la pena de muerte son también algunas de las naciones más represivas del mundo. Esta circunstancia no es algo de lo que quepa enorgullecerse”.

 El martes, 17 de marzo, Amnistía Internacional publicó sus estadísticas anuales sobre la pena de muerte en el mundo.