Millares de personas huyen de los combates y el hambre en Afganistán

Decenas de miles de afganos y afganas desplazados de sus hogares por la intensificación de los combates y la escasez de alimentos necesitan asistencia humanitaria inmediata, ha declarado hoy Amnistía Internacional.

La organización ha pedido a la comunidad internacional que ponga en marcha una estrategia integral para ayudar al pueblo afgano. El llamamiento se produce poco después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, haya anunciado el despliegue de 17.000 soldados más en Afganistán.

“Estados Unidos y la comunidad internacional deben adoptar un enfoque que haga hincapié en los derechos y el bienestar del pueblo afgano y no se centre solamente en una solución militar”, ha manifestado Sam Zarifi, director del Programa para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.

En la actualidad hay alrededor de 235.000 personas desplazadas en Afganistán, según cálculos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). La mayoría están desplazadas como resultado de los combates entre fuerzas gubernamentales (y las tropas aliadas de Estados Unidos y de la OTAN) y los grupos armados de la oposición, incluidos los talibanes, sobre todo en las regiones del sur, el sureste y el noroeste de Afganistán.

“Ya ha transcurrido la mitad de otro duro invierno en Afganistán, y decenas de miles de afganos que ya tenían algunos de los niveles más bajos de desarrollo económico del mundo se han visto obligados a abandonar sus hogares”, añade Sam Zarifi.

Los combates entre diversos grupos armados en Afganistán han agravado los efectos de la sequía que afecta al país y de la creciente inseguridad alimentaria en el norte y el oeste de Afganistán, obligando a miles de familias a buscar refugio en zonas relativamente más seguras y ricas, como Herat y Kabul.

La mayoría de las personas que han sido desplazadas por los combates en el sur de Afganistán han llegado a campos situados en las proximidades de Kandahar, donde son vulnerables a los combates en curso entre fuerzas gubernamentales y los talibanes y carecen en gran medida de acceso a la ayuda internacional.

En diciembre de 2008, investigadores de Amnistía Internacional visitaron varios campos informales establecidos por las personas desplazadas en las provincias de Kabul y Heart. Las personas entrevistadas por Amnistía Internacional dijeron que recibían poca ayuda, cuando la recibían, tanto de las agencias gubernamentales como de las no gubernamentales.

“Los habitantes de los campos de Kabul y Herat viven en alojamientos sumamente inadecuados sin apenas calefacción y sin camas, donde los niños de corta edad y los ancianos tienen que dormir sobre el suelo mojado. La mayoría de estas personas tienen poco acceso o ninguno a comida, agua potable, servicios de salud y educación —ha manifestado Sam Zarifi—. Nuestros investigadores también se encontraron con numerosos casos de enfermedades contagiosas, como la tuberculosis.”

Una mujer de 35 años, madre de ocho niños, que vive actualmente en un campo informal en Kabul, declaró a Amnistía Internacional: “Hace casi un año que nos desplazaron desde la provincia de Helmand hasta Kabul debido a los combates entre el gobierno y los rebeldes talibanes. Nuestras casas fueron bombardeadas [por fuerzas de la OTAN] y perdimos todo lo que teníamos durante los combates. Aquí no tenemos nada, ni trabajo ni ayuda de ninguna agencia nacional o internacional. Hace mucho recibimos algo de arroz y carbón de un empresario afgano y desde entonces no tenemos nada y he tengo que pasar días y noches sin nada de comida.

Según la Oficina de Seguridad de las ONG Afganas (ANSO, por sus siglas en inglés), que mantiene registros completos de la actividad de las ONG en Afganistán, en 2008 perdieron la vida en este país 31 trabajadores de organizaciones no gubernamentales y 78 fueron secuestrados por grupos armados de la oposición y de delincuentes. La ANSO registró también 176 ataques contra personal e instalaciones de ONG. En 2009 ya ha muerto un trabajador de una ONG, siete han sido secuestrados y se han producido 25 ataques contra convoyes e instalaciones de ayuda humanitaria.

“Al atacar y matar a personal de la ayuda humanitaria, los grupos armados de la oposición y de delincuentes cometen crímenes de guerra. También impiden la entrega de ayuda humanitaria esencial, empeorando así las condiciones ya lamentables que padecen decenas de miles de personas víctimas del hambre y del frío, sobre todo mujeres y niños sin acceso a la atención médica y a la educación”, afirma Sam Zarifi.

Con arreglo al derecho internacional humanitario, todas las partes del conflicto, incluidos los grupos armados de la oposición, tienen la obligación legal de permitir y facilitar la entrega sin riesgos de ayuda humanitaria imparcial a civiles que carecen de suministros y servicios esenciales para la supervivencia.

Amnistía Internacional pide al gobierno afgano, y en concreto al Ministerio de Asuntos de los Refugiados y Repatriación, así como a todas las demás agencias de ayuda humanitaria nacionales e internacionales, que presten ayuda inmediata a las personas desplazadas, lo que incluye alimentos esenciales y agua potable, alojamiento básico, ropa adecuada y material de calefacción, así como servicios médicos y sanitarios esenciales, con arreglo a lo que establecen los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos, de la ONU.