COVID-19
No cederemos al miedo ni perderemos la esperanza.
Mientras la pandemia de COVID-19 se propaga rápidamente por todo el mundo, a toda la población nos preocupa el futuro. En los países a los que ha llegado el virus, muchas personas han perdido a seres queridos. En otros lugares, la ciudadanía se prepara para contener la propagación del virus, preguntándose cuánto podrán aguantar los sistemas de salud. Incluso para las personas que aún no se han visto afectadas directamente, la COVID-19 está trastornando su vida de formas inimaginables.
Estés trabajando en casa, sin empleo, en aislamiento voluntario o cuidando a otras personas, son tiempos de soledad e incertidumbre. Ahora mismo, la vida parece suspendida... pero la lucha por los derechos humanos no se detiene nunca.

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Incluso en épocas de incertidumbre, Amnistía seguirá denunciando a quienes violan los derechos humanos dondequiera que los veamos.
Puede que los gobiernos aprovechen el pánico por el coronavirus para ocultar sus violaciones de derechos humanos. Deben saber que los estamos vigilando.
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Al mismo tiempo, es importante no ceder al miedo ni perder la esperanza. Ya hay algunos ejemplos maravillosos de solidaridad en el contexto de esta crisis: entre vecinos y vecinas, entre naciones y entre amistades, y también entre personas que no se conocen. En medio de todo este miedo, muchas cosas nos dan esperanza. Si esta crisis era impensable hace unos meses, también lo era la idea de que tantas personas estuvieran haciendo favores a gente a la que no conoce y la de calles en las que suenan las voces de vecinos y vecinas cantando juntos. La empatía y la preocupación por las demás personas se están convirtiendo en la nueva normalidad, y eso es algo que deberíamos celebrar.
DONDE HAY PERSONAS, SIEMPRE HAY ESPERANZA. INCLUSO EN MEDIO DE UNA PANDEMIA GLOBAL.
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Seguir leyendoHay muchas formas de ayudar, y publicaremos ideas y consejos de cosas que puedes hacer para solidarizarte con otras personas, incluso si no puedes salir de tu cuarto. Algo realmente importante en este momento es asegurarnos de no caer en la trampa de demonizar o discriminar a personas debido a su estado de salud o a su identidad. Contamos con un montón de recursos estupendos para aprender acerca de los derechos humanos aplicables a esta crisis: el derecho a la salud, el derecho al trabajo, la prohibición de la discriminación y las responsabilidades de los gobiernos de respetar los derechos humanos incluso en estados de emergencia. Lo que la expansión de este virus debería enseñarnos es que todas y todos estamos conectados a escala global, y podemos ayudarnos mutuamente, así que vamos a empezar ya mismo.
El miedo nos divide. La esperanza moviliza.
En todo el mundo, la gente está aportando ideas creativas para seguir luchando por los derechos humanos a pesar del coronavirus