Según informes, el activista cultural kurdo Nasraldin Ahma se encuentra recluido en régimen de incomunicación en un centro de detención de los servicios de seguridad del Estado de la zona de Kafr Sousa de la capital siria, Damasco. Está expuesto a sufrir tortura o malos tratos. Amnistía Internacional cree que podría ser preso de conciencia, recluido por su defensa de la cultura y las tradiciones kurdas.