El 3 de marzo, catorce familias de Ingusetia, en la Federación Rusa, recibieron una notificación de desalojo para abandonar sus hogares en un plazo de 10 días. No se les ha ofrecido ningún tipo de alojamiento alternativo, y algunas personas han sido amenazadas con llamar a la policía si no abandonan el lugar voluntariamente. Otras muchas familias también pueden estar expuestas a desalojos.