La estabilidad futura de Yemen requiere un plan de acción sobre derechos humanos

Yemen podría enfrentarse a otra crisis de derechos humanos a menos que las autoridades actúen ya para poner fin a los abusos persistentes en el país y tomen medidas para abordar las violaciones de derechos humanos cometidas en el pasado. Así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional.

En su agenda de 11 puntos para un cambio en materia de derechos humanos en Yemen, Amnistía Internacional ha manifestado que siguen cometiéndose violaciones de derechos humanos en un clima de impunidad, un problema que viene ya de largo y que se ha visto agravado por la inmunidad otorgada este mismo año al ex presidente Ali Abdullah Saleh y sus altos cargos.

“Las autoridades yemeníes deben definir y aplicar una agenda clara para el cambio en materia de derechos humanos. Esa agenda debe incluir la obtención de ayuda de la comunidad internacional para establecer una comisión de investigación sobre las violaciones de derechos humanos cometidas durante los sucesos de 2011”, ha manifestado Philip Luther, director del Programa para Oriente Medio y el Norte de Amnistía Internacional.

“Las autoridades deben asimismo reformar y aprobar el proyecto de ley sobre justicia de transición actualmente sobre el tapete, con el fin de garantizar que realmente imparte justicia para las víctimas de los abusos contra los derechos humanos cometidos en el pasado.”

Yemen sigue sufriendo las secuelas de la crisis de derechos humanos que agitó el país hasta los cimientos el año pasado, cuando cientos de manifestantes murieron y miles resultaron heridos durante un levantamiento contra el gobierno.

La represión, que dio también lugar a que cientos de personas fueran sometidas a detención arbitraria y, en algunos casos, a desaparición forzada o tortura y otros malos tratos, fue llevada a cabo por una diversidad de fuerzas de seguridad y militares, así como simpatizantes armados del gobierno.

Al mismo tiempo, en conflictos armados localizados, tanto las fuerzas gubernamentales como los grupos armados de oposición –por ejemplo, Ansar al Sharia, al que se cree afiliado a Al Qaeda– cometieron, según los informes, violaciones de las leyes de la guerra.

En los últimos meses ha habido algunas mejoras, como la liberación de cientos de presos tras la toma de posesión de un nuevo gobierno. No obstante, siguen cometiéndose violaciones graves de derechos humanos.

Las protestas en ciudades del sur del país, como Adén, siguen encontrando como respuesta el uso de fuerza excesiva, que se ha saldado con la muerte y heridas de manifestantes pacíficos.

Pese a que la participación masiva de mujeres en las protestas del año pasado despertó esperanzas de que se avanzara en cuanto a la igualdad de género, han surgido nuevos desafíos para las activistas que luchan contra la discriminación y la violencia.

“Las autoridades yemeníes deben asegurarse de que el proceso actual de reconstrucción de las instituciones nacionales y de reforma de la legislación garantiza que los derechos humanos de todas las personas se respetan, se protegen y se hacen realidad”, ha manifestado Philip Luther.

“Sólo de esa manera se logrará una estabilidad auténtica en Yemen.”

En su agenda de 11 puntos, Amnistía Internacional pide a las autoridades que:

•    pongan fin a los homicidios ilegítimos y los abusos cometidos en el contexto del conflicto armado;

•    pongan fin a la impunidad;

•    pongan fin a las detenciones y reclusiones arbitrarias y a las desapariciones forzadas;

•    pongan fin a la tortura y otros malos tratos;

•    garanticen la celebración de juicios justos;

•    respeten y defiendan el derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica;

•    respeten y defiendan los derechos de mujeres y niñas;

•    pongan fin al uso de la pena de muerte;

•    protejan los derechos de las personas internamente desplazadas;

•    protejan los derechos de las personas refugiadas y solicitantes de asilo;

•    mejoren el marco de derechos humanos.