Golpeada la esposa de un activista de los derechos humanos

La esposa de Chen Guangcheng, activista encarcelado, fue agredida la mañana del domingo cuando trataba de salir de su casa para visitar a su familia en duelo.

Yuan Weijing había salido de su casa con intención de visitar a su familia, tras la muerte de un cuñado suyo, Luo Kengren, cuando un grupo de nueve hombres la obligaron a regresar. Le dieron puñetazos y patadas mientras la llevaban a rastras de vuelta a su casa en la provincia de Shangdong.

Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades de Shangdong que pongan fin al continuo hostigamiento y las agresiones de que es objeto Yuan Weijing, que se encuentra sometida a una estricta vigilancia, pese a no haber sido acusada jamás de ningún delito ni juzgada.

En los últimos años, Yuan Weijing ha sufrido varios episodios similares a manos de las autoridades locales. Le han impedido reunirse con periodistas y abogados. En 2007, le prohibieron viajar a Filipinas a recoger el premio Magsaysay (considerado el premio Nobel de Asia), en nombre de su esposo. No se ha permitido a los hijos de la pareja matricularse en la escuela.

Su esposo, Chen Guangcheng, activista de 38 años comprometido con la defensa de los derechos humanos por medios judiciales, fue condenado a cuatro años y tres meses de cárcel por “dañar bienes intencionadamente” y “congregar a una muchedumbre para interrumpir el tráfico”. Había estado haciendo campaña sobre presuntos abortos y esterilizaciones forzados a que se había sometido a miles de mujeres de la zona con objeto de cumplir el cupo de nacimientos establecido.

Los activistas de los derechos humanos creen que este fue el verdadero motivo de que lo pusieran bajo arresto domiciliario, junto con su esposa, en 2005 y lo encarcelaran en 2006. Actualmente, se encuentra recluido en la prisión de Linyi en la provincia de Shangdong.

“El continuo arresto domiciliario a que se halla prácticamente sometida Yuan Weijing es ilegal –ha manifestado Roseann Rife, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Asia y el Pacífico–. Mientras las autoridades nacionales promocionan su plan nacional de acción en derechos humanos, vemos que las autoridades locales violan la ley de manera flagrante en este caso.”

“Golpear a la esposa de un activista de los derechos humanos cuando iba a visitar a su familia en duelo es un acto que merece una absoluta condena.”