Maksym Butkevych, defensor ucraniano de los derechos humanos, ha sido condenado a una larga pena de prisión por un crimen que no pudo haber cometido, en un simulacro de juicio celebrado ante el denominado tribunal supremo en la región de Luhansk ocupada por Rusia, en el este de Ucrania. Su condena debe ser anulada. La privación intencionada de un juicio justo a un prisionero de guerra es un crimen de guerra, y los responsables deben rendir cuentas.
¿Cuál es el problema?
Maksym Butkevych es un destacado activista de derechos humanos. Antes de la guerra, dirigió una ONG ucraniana que ayudaba a personas refugiadas a encontrar protección en Ucrania.
El primer día de la invasión en gran escala lanzada por Rusia se presentó voluntario a las fuerzas armadas ucranianas, y fue puesto al mando de un pelotón. En primera línea, su unidad fue capturada por fuerzas rusas.
Desde entonces, Maksym ha sufrido una brutal difamación en los medios de comunicación rusos y ha sido aparentemente obligado a confesar crímenes de guerra que no pudo haber cometido. No se le ha permitido acceder a su abogado ni tener contacto con el mundo exterior.
Maksym compareció ante el denominado tribunal supremo en la región de Luhansk ocupada por Rusia, en el este de Ucrania, y acusado de crímenes que no pudo haber cometido. Este simulacro de juicio concluyó con su condena a 13 años de prisión. Esta condena parece una represalia rusa por el activismo cívico de Maksym y su destacado trabajo de derechos humanos.
Los responsables de privar al prisionero de guerra Maksym Butkevych de un juicio justo han cometido un crimen de guerra. Deben rendir cuentas de sus actos.
¿Cómo puedes ayudar?
Pide a las autoridades rusas que anulen la decisión de encarcelar a Maksym Butkevych. Las autoridades deben respetar el derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, también en el caso de los prisioneros de guerra ucranianos capturados durante la guerra de agresión rusa contra Ucrania.