Gianni Infantino debe aprovechar sus reuniones con autoridades qataríes para presionar en favor de que la reforma de las leyes que ponen a los trabajadores migrantes en peligro de sufrir explotación y abusos, y a veces incluso trabajo forzado; así lo ha afirmado Amnistía Internacional con antelación a la visita del presidente de la FIFA a Qatar, del 20 al 22 de abril.
“Gianni Infantino tiene una oportunidad de oro para demostrar que, durante su presidencia, la FIFA promoverá los derechos humanos. Sin un compromiso sólido que empiece ya mismo, probablemente todos los aficionados al fútbol que visiten Qatar en 2022 se encontrarán cara a cara –en hoteles, tiendas, establecimientos deportivos– con trabajadores migrantes que sufren abusos contra sus derechos humanos”, ha afirmado Mustafa Qadri, investigador de Amnistía Internacional sobre los derechos de las personas migrantes en el Golfo.
Hasta ahora, la respuesta de Gianni Infantino ante la información revelada sobre abusos cometidos en las obras del estadio Jalifa, en Doha, ha sido la acostumbrada por parte de la FIFA: contundente de cara a la opinión pública, endeble en cuanto a reformas tangibles.
Mustafa Qadri, investigador de Amnistía Internacional sobre los derechos de las personas migrantes en el Golfo
“Es fundamental que la FIFA inste públicamente a Qatar a terminar con la explotación y los abusos sistemáticos de los trabajadores de la Copa Mundial, que en gran medida se deben al sistema de patrocinio que establece la legislación qatarí, que deja a los trabajadores a merced de sus empleadores. Amnistía Internacional habló con más de 200 trabajadores y todos sin excepción denunciaron abusos de una u otra clase. Y eso, en un solo estadio y las instalaciones de alrededor. ¿Qué pasará cuando las obras de los siete nuevos estadios estén en su apogeo en 2017?
“Hasta ahora, la respuesta de Gianni Infantino ante la información revelada sobre abusos cometidos en las obras del estadio Jalifa, en Doha, ha sido la acostumbrada por parte de la FIFA: contundente de cara a la opinión pública, endeble en cuanto a reformas tangibles. La FIFA sentó las bases de una Copa Mundial construida sobre abusos al no reaccionar durante cinco años ante los informes sobre abusos en Qatar. Si, ante los abusos perfectamente documentados, Infantino no aborda el asunto durante su visita, estará poniendo los andamios para que continúe la explotación.”
Información complementaria
El 31 de marzo de 2016, Amnistía Internacional publicó un informe en el que exponía los abusos sufridos por los obreros que trabajan en la construcción del Estadio Internacional Jalifa en Doha (Qatar), que albergará una semifinal de la Copa Mundial en 2022. La respuesta de la FIFA fue de escandalosa indiferencia hacia aquellos abusos, que en algunos casos constituían trabajos forzados. Los principales contratistas citados en el informe no tenían conocimiento de los abusos cometidos por las empresas que trabajan en sus obras. Algunas de las empresas también aseguraban desconocer el hecho de que sus trabajadores hubieran tenido que pagar fuertes sumas para trabajar en Qatar y recibían un sueldo inferior al que les habían prometido.
En el informe, la organización afirmaba que la FIFA debía pedir a las autoridades qataríes que publicaran un calendario de reformas sistemáticas antes del momento culminante previsto para la construcción de las instalaciones para la Copa Mundial —es decir, mediados de 2017—, cuando se espera que el número de trabajadores en el estadio alcance los 36.000.
El 14 de abril, John Ruggie, catedrático de la Harvard Kennedy School, publicó un informe encargado por la FIFA sobre las prácticas empresariales de la organización. Aunque el informe expone amplias medidas organizativas en materia de derechos humanos, no aborda específicamente la crisis de derechos humanos de Qatar.