El nuevo informe de la ONU contiene estrategias para mejorar la protección de niños, niñas y jóvenes defensores de los derechos humanos y es un gran avance para la comunidad de activistas en todo el mundo; así lo ha afirmado Amnistía Internacional con antelación a la presentación del documento.
La relatora especial de la ONU sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, Mary Lawlor, presentará su informe “No solo somos el futuro”: desafíos afrontados por los niños y jóvenes defensores de los derechos humanos ante el Consejo de Derechos Humanos en su 55 periodo de sesiones el 12 de marzo de 2024.
A la sesión también asistirán activistas infantiles y juveniles, algunos apoyados por Amnistía Internacional, para compartir sus experiencias personales.
“Niños, niñas y jóvenes defensores de los derechos humanos a menudo sufren represión (que incluye intimidación, amenazas y ataques) dentro y fuera de Internet así como discriminación, estigmatización, menosprecio, comentarios despectivos y exclusión debido a su edad —ha afirmado Sara Vida Coumans, directora adjunta de Campañas y Educación y directora del Equipo Global de Niños, Niñas y Jóvenes de Amnistía Internacional—. El análisis de las realidades que afrontan quienes defienden los derechos humanos desde el punto de vista de una persona joven es necesario desde hace tiempo, ya que las experiencias difieren de una generación a otra.”
El análisis de las realidades que afrontan quienes defienden los derechos humanos desde el punto de vista de una persona joven es necesario desde hace tiempo, ya que las experiencias difieren de una generación a otra.
Sara Vida Coumans, subnormal
En su informe, la relatora especial resalta las importantes barreras que encuentran defensores y defensoras infantiles y juveniles, entre ellas “la vigilancia de grupos dirigidos por adultos que controlan el acceso a los recursos y las oportunidades”, que generan una dinámica de desequilibrio de poder y ponen límites a la participación de estos defensores y defensoras en los procesos de toma de decisiones.
Por ejemplo, afirma en su informe que el acceso a “asistencia y asesoramiento jurídicos es fundamental para garantizar la protección de los defensores de los derechos humanos y para conseguir un entorno propicio en el que puedan llevar a cabo su labor”, y que defensores y defensoras infantiles y juveniles no tienen el mismo acceso y encuentran obstáculos para cubrir gastos judiciales, ya que tienen menos probabilidades de recibir fondos de donantes.
“Pedimos a todos los gobiernos del mundo que sigan las recomendaciones de la relatora especial y ofrezcan apoyo y asistencia jurídica a niños, niñas y jóvenes defensores de los derechos humanos afectados por recursos judiciales o que necesitan asesoramiento para ejercer sus derechos”, ha afirmado Sara Vida Coumans.
Amnistía Internacional lleva muchos años documentando los abusos que sufren los niños, niñas y jóvenes defensores de los derechos humanos, incluidos los efectos de las redes sociales en la privacidad y la salud mental, los abusos contra el derecho de reunión pacífica y las consecuencias del cambio climático para la juventud. Es la primera vez que un relator especial de la ONU se centra en las experiencias concretas de los defensores y defensoras de los derechos humanos infantiles y juveniles.
Entre los casos documentados por Amnistía están los de Fatima Movlamli, de Azerbaiyán, destacada defensora cuyas fotos y vídeos se han difundido por Internet en dos ocasiones para intentar intimidarla ya desde que era adolescente, y Mahmoud Hussein, de Egipto, que lleva dos años en detención preventiva arbitraria por haber llevado una camiseta contra la tortura cuando tenía 18 años. En Ecuador, hace sólo dos semanas, la activista infantil por el clima Leonela Moncayo, de 14 años, fue intimidada con la detonación de un dispositivo explosivo justo delante de su casa. Esto sucedió cinco días después de que Leonela fuera estigmatizada junto con otras ocho niñas defensoras por la ministra de Energía y Minas ante la Asamblea Nacional por su activismo contra la quema sistemática de gas.
El informe de la ONU también señala que “[desde] 2020, alumnos de universidades e institutos se han manifestado pacíficamente a favor de una reforma democrática. Algunos manifestantes en Tailandia se consideraban los ‘malos estudiantes’, en reconocimiento del abuso y las represalias que experimentaban de los profesores”. Amnistía Internacional ha documentado cómo las autoridades tailandesas no respetan y protegen a los niños, niñas y adolescentes que defienden los derechos humanos cuando se trata de manifestaciones juveniles, y a la vez utilizan sus competencias de protección infantil para detener a jóvenes defensores y defensoras de los derechos humanos e impedirles ejercer su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica.