Cifras globales
En 2021, Amnistía Internacional registró 579 ejecuciones repartidas en 18 países, lo que supuso un incremento del 20% respecto a las 483 ejecuciones registradas en 2020. Esta cifra representa el segundo número de ejecuciones más bajo registrado por Amnistía Internacional al menos desde 2010.
La mayoría de las ejecuciones de las que se tuvo noticia se produjeron en China, Irán, Egipto, Arabia Saudí y Siria, por ese orden.
China siguió siendo el mayor ejecutor mundial, aunque se desconoce la verdadera magnitud del empleo de la pena de muerte en ese país, al estar clasificados los datos relacionados con ella como secreto de Estado. Las cifras globales de ejecuciones y condenas a muerte excluyen, por tanto, a los miles de personas que Amnistía Internacional cree que han sido condenadas a muerte y ejecutadas en China.
Las cifras de Corea del Norte y Vietnam tampoco se incluyeron en el total global de ejecuciones —pese a considerarse que estos países han recurrido en gran medida a las ejecuciones— ya que el secretismo y la falta de acceso a información independiente impidieron evaluar las tendencias.
Amnistía Internacional tuvo constancia de que, de las 579 personas que se sabe que fueron ejecutadas en 2021, 24 eran mujeres (4%), en los siguientes países: Arabia Saudí (1), Egipto (8), Estados Unidos (1) e Irán (14).
Bielorrusia, Emiratos Árabes Unidos y Japón reanudaron las ejecuciones. Amnistía Internacional no tuvo constancia de ejecuciones en India, Qatar y Taiwán, donde si se habían registrado en 2020.
Irán ejecutó al menos a 314 personas (frente a las al menos 246 de 2020), su mayor número de ejecuciones desde 2017, invirtiendo la tendencia de descenso interanual desde entonces.
En Arabia Saudí aumentaron enormemente las ejecuciones registradas, que pasaron de 27 a 65, lo que representaba un incremento del 140%.
A pesar de estos aumentos, el total de ejecuciones de 2021 constituye la segunda cifra más baja registrada por Amnistía Internacional desde al menos 2010. Por segundo año consecutivo, el número de países de los que se sabe que han ejecutado a personas fue el más bajo registrado por la organización. En 2019, 2020 y 2021, Amnistía Internacional constató 657, 483 y 579 ejecuciones, respectivamente.
En julio, el Parlamento de Sierra Leona aprobó por unanimidad una ley por la que se establece la abolición de la pena de muerte para todos los delitos. Kazajistán adoptó en diciembre una ley que abolía la pena capital para todos los delitos, que entró en vigor este año. Papúa Nueva Guinea emprendió una consulta nacional sobre la pena de muerte, que se tradujo en la adopción de un proyecto de ley en enero de 2022, pendiente aún de entrar en vigor. El gobierno de Malasia anunció que presentaría reformas legislativas sobre la pena de muerte en el tercer trimestre de 2022.
Al finalizar 2021, más de dos tercios de los países del mundo habían abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica. En 108 países, (la mayoría de los países del mundo) se había abolido la pena capital en la ley para todos los delitos, y 144 países la habían abolido en la ley o en la práctica. En 55 países aún se conservaba la pena de muerte.
Amnistía Internacional registró conmutaciones o indultos de la pena de muerte en 19 países:Bangladesh, Botsuana, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Guyana, India, Indonesia, Irán, Malasia, Myanmar, Pakistán, República Democrática del Congo, Sierra Leona, Sudán del Sur, Tailandia, Taiwán, Trinidad y Tobago, Zambia y Zimbabue.
Amnistía Internacional registró 7 exoneraciones de personas condenadas a muerte en cuatro países: Bahréin (1), Estados Unidos (2), Kenia (1) y Zambia (3).
Amnistía Internacional registró la imposición de 2.052 condenas a muerte en 56 países, lo que constituía un incremento del 39% respecto a las al menos 1.477 impuestas en 54 países en 2020.
Etiopía, Guyana, Maldivas, Omán, Tanzania y Uganda impusieron condenas a muerte —a pesar de no haber impuesto ninguna en 2020—, mientras que ocurrió lo contrario en Bahréin, Comoras, Laos y Níger.
Al concluir 2021 se tenía constancia de al menos 28.670 personas condenadas a muerte. Nueve países concentraban el 82% del total conocido: Irak (+8.000), Pakistán (+3.800), Nigeria (+3.036), Estados Unidos (2.382), Bangladesh (+1.800), Malasia (1.359), Vietnam (+1.200), Argelia (+1.000), Sri Lanka (+1.000).
Los métodos de ejecución utilizados en todo el mundo en 2021 fueron los siguientes: decapitación, ahorcamiento, inyección letal y arma de fuego.
Cuatro personas fueron ejecutadas por delitos que se habían cometido cuando eran menores de 18 años en Irán (3) y Yemen (1). Amnistía Internacional cree que otras personas de esta categoría permanecían condenadas a muerte en Maldivas, Myanmar e Irán.
Se supo que se habían llevado a cabo al menos 134 ejecuciones por delitos de drogas en 2 países (China e Irán), un incremento del 346% respecto a 2020 (30). No se disponía de información sobre Vietnam, país donde es muy probable que se llevaran a cabo este tipo de ejecuciones.
Se tuvo constancia de la imposición de condenas a muerte en procedimientos que incumplían las normas internacionales sobre juicios justos en países como Arabia Saudí, Argelia, Bangladesh, Camerún, Egipto, Irán, Myanmar, Nigeria, Pakistán, Singapur, Somalia y Yemen.
Análisis regional
Américas
Las 11 ejecuciones registradas se llevaron a cabo en Estados Unidos. En el resto de la región de las Américas siguió sin haber ejecuciones por decimotercer año consecutivo.
Se impusieron 25 nuevas condenas de muerte en tres países: Estados Unidos de América, Guyana y Trinidad y Tobago.
Virginia se convirtió en el vigésimo tercer estado abolicionista en Estados Unidos y el primer estado del sur en abolir la pena de muerte. Por tercer año consecutivo, Ohio reprogramó o suspendió todas las ejecuciones previstas.
El nuevo gobierno de Estados Unidos también estableció en julio una moratoria temporal de las ejecuciones federales. En 2021 se constató la cifra más baja de ejecuciones en Estados Unidos desde 1988.
Asia y Oceanía
Amnistía Internacional registró ejecuciones en cinco países —Bangladesh, China, Corea del Norte, Japón y Vietnam—, la cifra más baja en más de dos décadas.
Se impusieron al menos 819 nuevas condenas a muerte en 16 países, un incremento del 58% respecto a 2020 (517), en gran parte debido a los aumentos en Bangladesh, India, Myanmar, Pakistán y Vietnam.
Tras un paréntesis de 24 meses, en Japón se ahorcó a tres personas. Por segundo año consecutivo, Pakistán no reportó ninguna ejecución y también prohibió el uso de la pena de muerte en personas diagnosticadas con graves discapacidades mentales (psicosociales). Tailandia siguió conmutando las condenas a muerte.
La amenaza de reintroducción de la pena de muerte en Filipinas disminuyó, al anunciar tres de sus promotores en el Senado que se opondrían a cualquier iniciativa en ese sentido.
En Singapur no se registró ninguna ejecución por segundo año consecutivo, aunque en 2022 se han retomado las ejecuciones.
Europa y Asia Central
Amnistía Internacional registró una ejecución y una nueva pena de muerte, ambas en Bielorrusia, que sigue siendo el único país de la región que lleva a cabo ejecuciones.
Kazajistán firmó la entrada en vigor de una ley que establece la abolición de la pena capital para todos los delitos.
Armenia pasó a ser Estado parte en un tratado internacional clave sobre la abolición de la pena de muerte.
La Federación Rusa y Tayikistán siguieron manteniendo una suspensión de las ejecuciones.
Oriente Medio y Norte de África
Se constataron 520 ejecuciones en 7 países —Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán, Siria y Yemen—, un incremento del 19% respecto a 2020.
Las ejecuciones registradas en Irak se redujeron a más de la mitad (de 45 a 17), aunque esto pudo deberse a una ralentización en las aprobaciones ejecutivas de las condenas a muerte por la agitación política en la que se encontraba el Estado durante gran parte del año.
En octubre tuvo lugar una ejecución masiva de 24 personas en Siria que convirtió a este país en el quinto mayor ejecutor registrado en 2021.
Hubo al menos 834 nuevas sentencias a muerte en 17 países, lo que suponía un aumento del 32%, con fuertes incrementos en Egipto, Irak y Líbano. Esta cifra no refleja las numerosas penas de muerte que se cree que se impusieron en Irán.
Los tribunales egipcios condenaron a muerte al menos a 356 personas en 2021, lo que supone un aumento del 34% y la cifra más alta de condenas a muerte que Amnistía Internacional ha podido registrar en todo el mundo en 2021.
África subsahariana
El número de ejecuciones, registradas en 3 países, se duplicó con creces hasta llegar a 33, como consecuencia de los aumentos en Somalia y Sudán del Sur. El otro país que llevó a cabo ejecuciones fue Botsuana.
Se impusieron al menos 373 nuevas penas de muerte en 19 países, un aumento del 22%, debido a los incrementos en Mauritania y República Democrática del Congo, y a pesar de un importante descenso en Zambia.
En julio, el Parlamento de Sierra Leona aprobó por unanimidad una ley por la que se establece la abolición de la pena de muerte para todos los delitos. En Ghana y la República Centroafricana se iniciaron procesos legislativos para abolir la pena de muerte, que siguen en curso.
Al menos 5.843 personas reclusas estaban condenadas a muerte, el 52% de ellas en Nigeria (al menos 3.036).