La condena a la horca impuesta a decenas de menores infractores deja al descubierto la hipocresía de Irán

Decenas de jóvenes en Irán se consumen en el corredor de la muerte por delitos cometidos cuando tenían menos de 18 años, ha afirmado Amnistía Internacional en un duro informe publicado hoy. El informe desenmascara los recientes intentos de las autoridades iraníes de encubrir sus reiteradas violaciones de los derechos de la infancia y de evitar las críticas por su terrible historial como uno de los últimos ejecutores de menores infractores.

Growing up on death row: The death penalty and juvenile offenders in Iran revela que Irán ha seguido mandando al patíbulo a personas menores infractoras, al tiempo que anunciaba a bombo y platillo reformas fragmentarias que no abolían la imposición de la pena de muerte a menores.

“Este informe arroja luz sobre el vergonzoso desprecio de Irán por los derechos de los niños y las niñas. Irán es uno de los pocos países que sigue ejecutando a menores infractores, en flagrante violación de la prohibición legal absoluta del uso de la pena de muerte contra personas que eran menores de 18 años en el momento de cometer el delito”, ha declarado Said Boumedouha, director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

“A pesar de algunas reformas en la justicia de menores, Irán sigue a la zaga del resto del mundo, manteniendo leyes que permiten que se pueda condenar a muerte a niñas de tan sólo nueve años y niños de tan sólo 15”.

Irán es uno de los pocos países que sigue ejecutando a menores infractores, en flagrante violación de la prohibición legal absoluta del uso de la pena de muerte contra personas que eran menores de 18 años en el momento de cometer el delito.

Said Boumedouha, director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

Durante los últimos años, las autoridades iraníes han celebrado los cambios introducidos en el Código Penal Islámico de 2013 conforme a los que los jueces pueden sustituir la pena de muerte por castigos alternativos en función de una evaluación discrecional de la madurez mental de los menores infractores en el momento de la comisión del delito. No obstante, dichas medidas distan mucho de ser motivo de celebración. De hecho, ponen en evidencia que Irán no está cumpliendo el compromiso que adquirió hace más de dos decenios, cuando ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), de abolir totalmente el uso de la pena de muerte contra menores infractores.

Como Estado Parte en la CDN, Irán tiene la obligación legal de tratar a todas las personas menores de 18 años como niños y garantizar que jamás se les impone la pena de muerte ni la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Sin embargo, el informe de Amnistía Internacional enumera 73 ejecuciones de menores infractores efectuadas entre 2005 y 2015. Según la ONU, al menos 160 menores infractores se hallan actualmente en espera de ejecución. Es probable que la cifra real sea muy superior ya que la información sobre el uso de la pena de muerte en Irán a menudo está envuelta en secreto.

Amnistía Internacional ha podido identificar en el informe los nombres y la ubicación de 49 menores infractores en peligro de ser condenados a la pena capital. Se ha constatado que muchos de ellos han pasado, de media, siete años en el corredor de la muerte. En algunos casos documentados por Amnistía Internacional, el tiempo que los menores infractores han pasado en espera de ejecución superaba los 10 años.

“El informe describe un panorama profundamente inquietante en el que hay menores infractores consumiéndose en el corredor de la muerte a los que se les ha usurpado valiosos años de sus vidas; a menudo tras haber sido condenados a muerte en juicios sin las debidas garantías, especialmente los basados en confesiones forzadas obtenidas mediante tortura y otros malos tratos”, ha declarado Said Boumedouha.

El informe describe un panorama profundamente inquietante en el que hay menores infractores consumiéndose en el corredor de la muerte a los que se les ha usurpado valiosos años de sus vidas.

Said Boumedouha.

En varios casos, las autoridades han programado ejecuciones de menores infractores y las han aplazado en el último minuto, agravando la tremenda angustia de estar en el corredor de la muerte. Semejante trato es, como mínimo, cruel, inhumano y degradante.

Reformas “fragmentarias” con las que no se imparte justicia

El nuevo Código Penal Islámico de Irán, adoptado en mayo de 2013, había suscitado moderadas esperanzas de que la situación de los menores infractores condenados a muerte finalmente mejorara, al menos en la práctica. El Código Penal permite a los jueces evaluar la madurez mental de los menores infractores en el momento de la comisión del delito y, potencialmente, imponer un castigo alternativo a la pena de muerte en función del resultado. En 2014, el Tribunal Supremo de Irán confirmó que todos los menores infractores que se hallaran en espera de ejecución podían solicitar un nuevo juicio.

Sin embargo, casi tres años después de la introducción de los cambios en el código penal, las autoridades han seguido ejecutando a personas menores infractoras y, en algunos casos, con frecuencia ni siquiera las han informado de su derecho a solicitar un nuevo juicio.

Trágicamente, el informe también señala la tendencia creciente según la cual, en virtud de las recientes reformas, se juzga de nuevo a menores infractores considerando que habían alcanzado la “madurez mental” en el momento de la comisión del delito y se los vuelve a condenar a muerte, lo que pone claramente de manifiesto lo poco que ha cambiado la situación.

“Los procedimientos de los nuevos juicios y otras reformas fragmentarias habían sido aclamados como posibles avances en la administración de justicia a menores en Irán, pero cada vez es más evidente que son procedimientos caprichosos que se traducen en resultados crueles”, ha asegurado Said Boumedouha.

En algunos casos, los jueces han concluido que un menor infractor era “maduro” a partir de unas pocas preguntas sencillas, como si entendían que estaba mal matar a un ser humano. También han confundido en reiteradas ocasiones la cuestión de la falta de madurez de la persona menor debido a su edad con la responsabilidad atenuada de las personas con enfermedad mental, y han concluido que un menor infractor no “padecía demencia” y por tanto merecía ser castigado con la pena capital.

Fatemeh Salbehi fue ejecutada en octubre de 2015 por asesinar a su marido, con el que la habían obligado a contraer matrimonio cuando tenía 16 años. Fue condenada a muerte en una sesión de un nuevo juicio que tan sólo duró unas pocas horas y en la que la evaluación psicológica se limitó a algunas preguntas básicas como si rezaba o estudiaba libros de texto religiosos. En otros cinco casos, Hamid Ahmadi, Amir Amrollahi, Siavash Mahmoudi, Sajad Sanjari y Salar Shadizadi fueron nuevamente condenados a muerte después de que los tribunales que los juzgaban en el nuevo juicio concluyeran que comprendían la naturaleza del delito y que no sufrían demencia.

“Las persistentes deficiencias en el trato a las personas menores infractoras en Irán ponen de relieve la constante y urgente necesidad de promulgar leyes que prohíban el uso de la pena de muerte contra ellas”, ha afirmado Said Boumedouha.

“La vida y la muerte de un menor infractor no puede depender del capricho de los jueces. En vez de introducir tímidas reformas lamentablemente insuficientes, las autoridades iraníes deben aceptar que lo que en realidad han de hacer es conmutar las condenas a muerte a los menores infractores y poner fin al uso de la pena capital contra estas personas en Irán de una vez por todas”.

Las persistentes deficiencias en el trato a las personas menores infractoras en Irán ponen de relieve la constante y urgente necesidad de promulgar leyes que prohíban el uso de la pena de muerte contra ellas.

Said Boumedouha.

Ahora que Irán se vuelve a incorporar al mundo de la diplomacia internacional, también es fundamental que los líderes mundiales empleen estas nuevas vías para abordar con las autoridades iraníes los casos identificados en este informe y las insten a conmutar de inmediato todas las condenas a muerte a menores infractores.

Información complementaria

En junio de 2015, Irán introdujo reformas que estipulaban que los menores acusados de cometer un delito debían ser juzgados por tribunales especializados de menores. Anteriormente, las personas menores infractoras acusadas de delitos punibles con la muerte eran por lo general procesadas en tribunales ordinarios.

A pesar de que la introducción de tribunales de menores es una medida bien recibida, queda por ver si en la práctica evitará que se siga usando la pena de muerte contra menores infractores.

Durante el pasado decenio se han citado estudios interdisciplinarios del ámbito de las ciencias sociales sobre la relación entre adolescencia y delincuencia, así como hallazgos neurocientíficos sobre la madurez cerebral de los adolescentes, que sustentan argumentos para considerar que los menores tienen un menor grado de culpabilidad que los adultos. Dichos hallazgos se invocaron durante los debates que en última instancia llevaron en 2005 al Tribunal Supremo de Estados Unidos a abolir la pena de muerte contra personas declaradas culpables de cometer un delito cuando tenían menos de 18 años.