Las muertes bajo custodia en Irán ponen de manifiesto el desprecio por la vida de las autoridades penitenciarias

La muerte bajo custodia de un blogger en Irán el miércoles ha avivado el temor de que a los presos se les esté negando el tratamiento medico en Irán, posiblemente como castigo extra. La muerte de Omid Reza Mirsayafi se ha producido después de la de otro preso político, Amir Hossein Heshmat Saran, que murió en circunstancias sospechosas el 6 de marzo tras haber pasado cinco años en la cárcel. “Aún no se han aclarado todas las circunstancias de la muerte de ambos presos, pero todo parece indicar que ambas se debieron a la falta de tratamiento médico necesitado urgentemente o a la negativa de las autoridades penitenciarias a proporcionárselo”, ha afirmado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África. “Las autoridades iraníes tienen la obligación de garantizar que ambas muertes se someten a una investigación urgente e imparcial y que se lleva ante la justicia a cualquier funcionario responsable de negar el tratamiento médico, de no revelar la necesidad de proporcionarlo o de contribuir de cualquier otro modo a la muerte de estos dos reclusos.” Omid Reza Mirsayafi murió en la cárcel de Evin, en Teherán, menos de seis semanas después de comenzar a cumplir una condena de 30 meses de cárcel. Fue declarado culpable de “insultar al Líder Supremo” y de “hacer propaganda contra el sistema”, por artículos que había publicado en su blog. Omid negó los cargos. Según la información recibida, Omid padecía depresión y enfermó gravemente tras tomar una sobredosis de un medicamento contra la depresión que le administraban en la clínica de la cárcel. Otro preso, médico de profesión, Hesam Firouzi, lo atendió inmediatamente y recomendó su ingreso en el hospital pero, según los informes, el personal de la cárcel no reconoció la gravedad de su estado y no lo trasladó a un hospital. Dos semanas antes, Amir Hossein Heshmat Saran había muerto en un hospital de Karaj poco después de ser trasladado allí desde la prisión de Raja’i Shahr (o Gohardasht). Cumplía una condena de ocho años que le había sido impuesta en 2004 por crear el partido político Frente Nacional Unido. Murió después de ponerse gravemente enfermo el 4 de marzo. Su esposa ha afirmado que, cuando lo visitó en el hospital el 5 de marzo, parecía estar en coma y permanecía atado con grilletes a la cama. Tras su muerte, un médico del centro le dijo a su esposa que había sufrido una hemorragia cerebral y una infección pulmonar, y que debería haber sido hospitalizado antes. En los últimos años ha habido otros presos políticos que han muerto bajo custodia en circunstancias sospechosas, como Abdolreza Rajabi, miembro de la Organización Muyahidín del Pueblo de Irán, que murió inesperadamente en la cárcel de Reja’i Shahr el 30 de octubre de 2008. En 2006 murieron dos presos tras sendas huelgas de hambre en las que al parecer se les negó la atención médica adecuada: Akbar Mohammadi, estudiante, que falleció en la cárcel de Evin, y Valiollah Feyz Mahdavi, miembro de la Organización Muyahidín del Pueblo de Irán, condenado a muerte, que murió en la cárcel de Reja’i Shahr. “Estas últimas muertes subrayan la necesidad urgente de que las autoridades iraníes mejoren las condiciones penitenciarias y que tomen medidas inmediatas para garantizar que todos los presos bajo su custodia son tratados humanamente”, ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui. “Es una vergüenza que la salud de los presos se desprecie hasta el extremo de negarles un tratamiento del que puede depender su vida y de permitirles morir bajo la custodia del Estado. Tememos que la negación de la oportuna atención médica sea una táctica más de las muchas que emplea Irán para reprimir la disidencia”.