Sudán: Muere un preso con señales de tortura

Amnistía Internacional ha declarado hoy (28 de octubre de 2009) que el gobierno de Sudán ha sido el responsable de la muerte y los malos tratos de un preso que murió de tuberculosis bajo custodia policial la semana pasada.

Ahmed Suleiman Sulman murió el 21 de octubre en el hospital de la policía al que había sido trasladado dos días antes desde la prisión de Kober, en Jartum. Su cuerpo llevaba aún grilletes y mostraba señales de tortura.

Sulman  tenía una infección en los pulmones desde hacía tiempo, pero la prisión le negó el acceso a un médico especializado pese a las repetidas peticiones de su abogado.

Adam Suleiman Sulman fue uno de los 103 hombres condenados a muerte por los tribunales antiterroristas especiales establecidos tras un ataque del Movimiento Justicia e Igualdad, grupo armado de la oposición, contra Omdurman, cerca de Jartum, el 10 de mayo de 2008.

“El gobierno debe ordenar una investigación independiente sobre la muerte de Sulman. La tortura es un acto abominable y los responsables de los malos tratos y la muerte de Sulman deben comparecer ante la justicia en juicios con las debidas garantías”, ha declarado Tawanda Hondora, director adjunto del programa de África de Amnistía Internacional.

Cientos de personas siguen en paradero desconocido tras el ataque del Movimiento Justicia e Igualdad contra Omdurman.

Sulman fue detenido por el Servicio de Inteligencia y Seguridad Nacional entre el 12 y el 13 de mayo de 2008 y condenado a muerte en agosto de 2008, fecha desde la cual estaba en la prisión de Kober.

Según la información que ha recibido Amnistía Internacional, Sulman, que al parecer tenía cerca de 30 años de edad, estaba gravemente traumatizado por la tortura de la que fue objeto tras su detención. Varias fuentes confirmaron a Amnistía Internacional que Sulman estaba mentalmente enfermo cuando fue juzgado.

Amnistía Internacional siente gran preocupación por las condiciones en que viven los presos de Kober y ha recibido numerosos informes de malos tratos y condiciones higiénicas precarias.

“Nos preocupa enormemente la situación de los reclusos que permanecen recluidos en la prisión de Kober. El gobierno de Sudán debe garantizar que las familias y los médicos de estos presos tienen acceso inmediato a ellos”, afirmó Tawanda Hondora,