Hay que acabar con el uso ilegítimo de las porras

En todo el mundo, los gobiernos sofocan las protestas utilizando indebidamente porras policiales. Estas armas se están usando indebidamente como instrumento de represión. Es hora de terminar con las violaciones de derechos humanos cometidas con porras policiales. Actúa y pide que se regule su uso ya.

Diciembre de 2020. La policía se lleva detenido en Bielorrusia a un joven que había asistido a una manifestación para exigir rendición de cuentas de la policía. Aunque el joven no se resiste al arresto, de repente un agente lo golpea en la parte posterior de las piernas. Después, mientras uno de los agentes lo sujeta, otro lo golpea con una porra en la parte posterior de la cabeza y le propina puñetazos en la cara y el estómago.

Éste es uno de los innumerables casos de malos tratos que se producen en todo el mundo como consecuencia del uso ilegítimo de porras policiales, a menudo contra personas que se manifiestan pacíficamente.

Nuestra investigación muestra que las porras se emplean indebidamente como instrumentos de castigo. Se utilizan para golpear a personas que están inmovilizadas. Para asestar injustificadamente golpes peligrosos en la cabeza y el cuello. Para cometer actos de violencia sexual. Para torturar. Todo esto se tiene que acabar. Las porras están consideradas armas “menos letales” concebidas para que los agentes encargados de hacer cumplir la ley no tengan que recurrir a armas más dañinas, pero nuestra investigación demuestra que suelen utilizarse de forma indebida, a menudo para causar daño punitivamente, en violación del derecho internacional. A pesar de esto, el comercio de porras no está regulado. Es hora de acabar con el comercio de la tortura y exigir una regulación.

Firma la petición y pide a tu gobierno que:

  1. aplique de manera firme y eficaz los Principios Básicos de la ONU sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego;
  2. investigue cualquier uso ilegítimo de porras por parte de los agentes del orden y las fuerzas de seguridad e interponga acciones judiciales al respecto en los siguientes casos (entre otros):
    • golpes a personas ya inmovilizadas, 
    • agresiones sexuales y violaciones, 
    • golpes como forma de castigo, 
    • golpes injustificados y peligrosos en la cabeza y el cuello;
  3. apoye la negociación de un instrumento internacional para acabar con el comercio de la tortura.