La implacable búsqueda de penas de prisión por parte de las autoridades de Hong Kong contra tres líderes del movimiento en favor de la democracia es un ataque revanchista a la libertad de expresión y de reunión pacífica. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.
El auténtico peligro para el derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica en Hong Kong es la persecución constante a que las autoridades someten a los activistas destacados en favor de la democracia.
Mabel Au, directora de Amnistía Internacional Hong Kong.
El jueves, el Tribunal de Apelación de Hong Kong condenó a Joshua Wong, Alex Chow y Nathan Law a entre seis y ocho meses de prisión por su papel en una manifestación que ayudó a propagar en 2014 en la ciudad el Movimiento de los Paraguas, movimiento en favor de la democracia. La fiscalía pidió penas más duras para los tres, después de que originalmente les fueran impuestas penas no privativas de libertad en su primer juicio, hace un año.
“La persecución implacable y revanchista de líderes estudiantiles utilizando cargos vagamente formulados suena a represalia política de las autoridades”, ha manifestado Mabel Au, directora de Amnistía Internacional Hong Kong.
“El auténtico peligro para el derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica en Hong Kong es la persecución constante a que las autoridades someten a los activistas destacados en favor de la democracia. Los procesamientos dirigidos a poner fin a la participación en protestas pacíficas deben ser retirados.”
Las declaraciones de culpabilidad se refieren a un incidente específico ocurrido el 26 de septiembre de 2014, al inicio de la protesta en favor de la democracia encabezada por estudiantes ante la sede del gobierno en Hong Kong. Aquel día, varios estudiantes consiguieron abrirse paso, trepando la valla que lo rodea, hasta el patio delantero del complejo legislativo, conocido popularmente como Plaza Cívica. Esa plaza había sido previamente un lugar popular para celebrar protestas pacíficas, hasta que las autoridades restringieron el acceso a él en el verano de 2014.
En su primer juicio, Joshua Wong y Alex Chow fueron declarados culpables de “participar en una reunión ilegal”. Nathan Law fue declarado culpable de “incitar a otros a participar en una reunión ilegal”.
A Joshua Wong y Nathan Law les habían ordenado anteriormente que realizaran servicios comunitarios, pero ese castigo se ha incrementado a seis y ocho meses de prisión, respectivamente, en la vista judicial de hoy. La condena condicional de Alex Chow a tres semanas de prisión se ha incrementado a siete meses de cárcel.
Las vagas disposiciones de la Ordenanza de Orden Público de Hong Kong, en la que se basaba este procesamiento, han sido criticadas reiteradamente por el Comité de Derechos Humanos de la ONU por no cumplir el derecho y las normas internacionales de derechos humanos sobre el derecho de reunión pacífica.