En septiembre de 2019, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH) creó laMisión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela (FFM, por sus siglas en inglés, o la Misión), mediante la resolución 42/25, por un período de un año, para evaluar las presuntas violaciones de los derechos humanos cometidas desde 2014 en Venezuela. La Misión está constituida por tres expertos independientes y realiza sus operaciones desde Panamá, dado que las autoridades venezolanas no dieron acceso al país, algo común en este tipo de mecanismos.
Los resultados a los que llegó la FFM son contundentes: el 16 de septiembre de 2020 publicó su primer informe que exponeno sólo la brutalidad, sino la sistematicidad y generalidad de las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias, y la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Cabe recordar que Amnistía Internacional ya había denunciado en mayo de 2019 la probable comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela. El contundente documento de la FFM avala nuestra denuncia y respalda a las miles de víctimas que exigen verdad y justicia. Desde agosto de 2019, llamamos a la creación de la Misión, junto con más de cien organizaciones de derechos humanos venezolanas e internacionales. Hoy celebramos la contundencia y rigurosidad del informe e instamos al CDH a renovar y reforzar el mandato de la Misión durante su 45º periodo de sesiones que está teniendo lugar estas semanas en Ginebra.
Cabe recordar que Amnistía Internacional ya había denunciado en mayo de 2019 la probable comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela
Las autoridades continúan aplicando estas políticas. El informe es explícito en la responsabilidad del Presidente, el Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz y el Ministro de Defensa, entre otros, quienes ordenaron o contribuyeron a la comisión de los delitos. Lo mismo que los directores de los servicios de seguridad e inteligencia, y los autores directos. Las responsabilidades pertinentes merecen una inmediata investigación, algo impensable dentro de Venezuela.
Calificar el sufrimiento de Venezuela como crímenes de lesa humanidad no es una cuestión menor. Refleja una categoría de crimen que afecta al conjunto de la humanidad, a todas y todos nosotros. Nos convoca a acompañar a las víctimas en su dolor y en su búsqueda de la verdad y la justicia.
Venezuela duele. Le duele a su pueblo que atraviesa una de las peores emergencias humanitarias del continente
Sin justicia ni rendición de cuentas en el ámbito nacional y regional, y en un contexto de agravamiento de la crisis por la pandemia del COVID-19, es fundamental que Argentina y los demás Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos impulsen la renovación y fortalecimiento de la FFM y, hagan todo lo que esté a su alcance para poner fin a la impunidad que alimenta las violaciones de derechos humanos en Venezuela.