Argentina: Ordenaron la libertad para Belén, un paso fundamental en la búsqueda de Justicia

La orden de liberar Belén, una mujer sentenciada a ocho años de prisión luego de sufrir un aborto espontáneo, es un gran paso para los derechos humanos en ese país, dijo Amnistía Internacional hoy.

Anoche, la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Tucumán, situada al norte de Argentina, ordenó la libertad de Belén, quien había estado detenida bajo prisión preventiva. Se trata de la joven de 27 años condenada a 8 años de prisión por haber sufrido un aborto espontáneo.

Tras haber pasado más de dos años privada de su libertad, la Sala Penal de la Corte sostuvo que “no existen argumentos para extender la prisión preventiva” de Belén y criticó a la Cámara Penal III, responsable de la medida. Sin embargo, cabe destacar que esta misma Corte aún debe resolver respecto de su condena y tiene 90 días hábiles para hacerlo.

“La liberación de Belén es una muy buena noticia. Ahora es necesario que la Corte se aboque a la revisión de la sentencia y anule la condena injustamente impuesta a Belén. Ella nunca debió haber estado tras las rejas. Sufrir un aborto espontáneo no es un delito”, indicó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

Belén nunca debió haber estado tras las rejas. Sufrir un aborto espontáneo no es un delito

Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.


El pasado 26 de julio, Amnistía Internacional presentó a las autoridades locales más de 120.000 firmas colectadas por todo el movimiento, pidiendo su liberación inmediata e incondicional.

Información complementariaEn la madrugada del 21 de marzo de 2014, Belén fue a la guardia del Hospital de Clínicas Avellaneda en San Miguel de Tucumán por dolores abdominales. La derivaron al Servicio de Ginecología porque tenía abundante sangrado. Allí, los médicos le informaron que estaba teniendo un aborto espontáneo de un feto de aproximadamente 22 semanas. Belén dijo que desconocía estar embarazada.

Personal del hospital encontró en un baño un feto e inmediatamente la denunciaron asumiendo que era el “hijo” de Belén, pero sin tener ninguna prueba ni análisis de ADN que probara su relación con el feto. Belén contó que un enfermero le trajo el feto en una cajita y la insultó por lo que le había hecho, argumentando que se trataba de su “hijo”. Cuando despertó del legrado en su cama, estaba rodeada por varios policías que inspeccionaban sus partes íntimas. Todos estos hechos pueden ser considerados tratos crueles, inhumanos y degradantes.

De acuerdo al derecho internacional de los derechos humanos, toda información protegida por la confidencialidad de la relación médico-paciente que es revelada, incluso a funcionarios policiales, constituye una violación del derecho a la privacidad. Los médicos profesionales tienen una obligación de proteger la confidencialidad de la información a la que han accedido como parte del ejercicio de su profesión.

Belén fue detenida en prisión preventiva por más de dos años, acusada de haberse inducido un aborto. El fiscal de la causa luego cambió la acusación por la de homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía, que tiene una pena mayor de hasta 25 años de prisión.