Las autoridades georgianas han vulnerado reiteradamente el derecho de reunión pacífica utilizando ilegalmente la fuerza contra personas que protestan pacíficamente y no impidiendo los actos de violencia de grupos de hombres no identificados. Amnistía Internacional pide a las autoridades que pongan fin de inmediato a estas violaciones y garanticen que todo el mundo es libre de ejercer el derecho de reunión pacífica. Asimismo, deben retirar el proyecto de “Ley sobre la transparencia de la influencia extranjera”, que pretende claramente restringir de forma indebida el derecho a la libertad de asociación.