Malí: Hay que poner fin a los terribles abusos dirigidos contra civiles en medio del conflicto

Mientras continúa el conflicto en Malí, Amnistía Internacional ha descubierto indicios de que la población civil está siendo objeto de terribles abusos, como amputaciones, violencia sexual y ejecuciones extrajudiciales. 

Tras una visita de investigación de 15 días realizada a Malí este mes, la organización ha presentado un nuevo documento en el que se pone de manifiesto la comisión de tales abusos en diversos lugares de todo el país.

El documento, titulado Mali: Civilians bear the brunt of the conflict, saca también a la luz el reclutamiento de niños soldados, incluso en campos situados en territorio del gobierno.

“Los combates se han ido apagando en Malí, y las partes en el conflicto armado se vigilan mutuamente sin llegar al enfrentamiento directo, pero la hostilidad sigue ahí, y la población civil de ambos bandos sufre la peor parte de los horribles abusos que se cometen”, ha explicado Gaëtan Mootoo, investigador de Amnistía Internacional para África occidental, recién llegado de Malí.

“Los combates pueden reanudarse en cualquier momento, así que es esencial que las partes garanticen la protección de la población civil, cumpliendo estrictamente el derecho internacional de los derechos humanos y humanitario.”

Amputaciones

En el norte de Malí, grupos islamistas empeñados en aplicar su interpretación de la sharia, o ley islámica, están imponiendo cada vez más penas violentas, como amputaciones, tras someter a los acusados a parodias de juicio.

La última amputación se llevó a cabo el 16 de septiembre, y desde entonces Amnistía Internacional ha documentado un total de siete casos de personas que se enfrentan a esta pena tras haber sido sometidas a apresuradas parodias de juicio por cargos de robo o atraco.

Una persona que fue testigo presencial de una amputación llevada a cabo el 10 de septiembre en la Place de l’Indépendance de Gao describió así el acto a Amnistía Internacional:

“Llegaron unos miembros del MUJAO [Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental] en varios vehículos […] asumieron la seguridad e impidieron a la gente ir más allá de la valla que bordeaba la plaza [El acusado] estaba sentado en una silla, con los pies, los antebrazos y el torso atados a ella.”

“El nuevo director general de la policía de Gao, que se dedicaba a la compraventa de pieles antes de la caída de Gao en abril [de 2012], sostuvo la mano derecha del hombre sentado en la silla, la cortó con su cuchillo y la exhibió como un trofeo. La multitud expresó su desagrado. Luego, otro miembro del MUJAO le cortó el pie derecho. Después echaron un polvo blanco en los cortes para detener la hemorragia. Posteriormente llevaron al hombre herido al hospital para que lo atendieran.” 

“Ese mismo día se sometió a amputaciones del mismo modo a otras cuatro personas en la base del MUJAO. Hasta ahora, todas las personas que han sufrido amputaciones del MUJAO son negras. Las manos y pies amputados se exhibieron en la comisaría de policía.”

Independientemente de los delitos cometidos, la amputación con carácter punitivo está prohibida por el derecho internacional, pues constituye tortura y trato cruel.  

Violencia sexual

Las mujeres continúan siendo víctimas de violencia sexual en medio del conflicto. En un caso, un miembro de la “policía” establecida por Al Qaeda en el Magreb Islámico violó a una niña de 14 años en Tombuctú. Una persona residente en la ciudad contó a Amnistía Internacional:

“Este hombre, de nacionalidad burkinesa, fue detenido y condenado a recibir cien bastonazos. Le ordenaron también casarse con la niña, abandonar la policía y exiliarse de Tombuctú durante un año. Recibió 11 bastonazos en la plaza de Sankoré, pero no se casó con su víctima y no ha sido expulsado de Tombuctú ni de la policía de Al Qaeda en el Magreb Islámico.”

Amnistía Internacional pide a los grupos islamistas armados que pongan fin a la violencia sexual contra las mujeres, así como a los castigos corporales, incluidas las palizas, las lapidaciones y las amputaciones.

Uso de niños soldados

Amnistía Internacional ha documentado también el uso constante de niños soldados por parte de grupos islamistas armados en el norte de Malí, así como de las milicias de autodefensa en las zonas controladas por el gobierno.

En una visita a un campo de adiestramiento de una milicia de autodefensa, la organización vio a niños que habían sido reclutados y entrenados en previsión de una posible ofensiva para recuperar el norte de Malí, que está bajo el control de grupos islamistas armados.

Los individuos al mando de los campos dijeron a Amnistía Internacional que a sus milicias las armaban y adiestraban soldados y ex soldados malienses. 

Uno de los líderes del campo de las Fuerzas de Liberación del Norte (FLN) en Sévaré dijo:

“Los jóvenes vienen de regiones de todo Malí con un único objetivo: liberar el norte y volver a casa. Aquí no estamos en casa; nuestras familias están en el norte. El país es para todos, es el mismo Malí. Tenemos nuestro ganado y nuestros bienes en el norte. Aquí hacemos instrucción militar, luchamos. El único vínculo que hay entre nosotros y Ansar Eddin y el MUJAO es la guerra.” 

Ejecuciones extrajudiciales

Desde que comenzó el conflicto se han producido también ejecuciones extrajudiciales. 

La noche del 8 al 9 de septiembre de 2012, el ejército maliense detuvo a 16 miembros del movimiento de predicadores musulmanes conocido como Dawa en un puesto de control de Diabali, localidad situada unos 400 kilómetros al noreste de la capital, Bamako. Horas después, los 16 fueron ejecutados extrajudicialmente. 

“Las autoridades malienses deben esclarecer estos hechos y procesar a todos los responsables de tan horribles actos”, ha afirmado Mootoo.