República Democrática del Congo: La historia no debe repetirse con los estallidos de violencia en Kivu Septentrional

El gobierno congoleño debe tomar medidas de inmediato para proteger a la población civil, incluidas miles de personas desplazadas, tras la caída de una ciudad en la República Democrática del Congo en manos de miembros del grupo armado M23, ha dicho Amnistía Internacional.

El llamamiento se produjo tras los informes según los cuales soldados del M23 tomaron el control de Bunagana, una ciudad estratégica del territorio Rutshuru, cercana a la frontera con Uganda, tras varios días de intensos combates contra las tropas del ejército congoleño (FARDC).

Según informaron autoridades de la ONU, un miembro del contingente indio de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la misión de la ONU en la RDC (MONUSCO) murió tras ser alcanzado por metralla de los bombardeos artilleros durante los combates registrados a 50 kilómetros al norte de Goma, capital de la provincia de Kivu Septentrional.

Al parecer, unos 600 soldados de las FARDC han huido a Uganda tras ser arrollados por las tropas del M23. Este grupo armado, bajo las órdenes de Sultani Makenga y Bosco Ntaganda, está compuesto por desertores del ejército congoleño, la mayoría pertenecientes al Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), integrado en las FARDC en 2009.

Según Amnistía, la huida a Uganda de los soldados de las FARCD es preocupante y vuelve a debilitar la capacidad del ejército congoleño para proteger eficazmente a la población civil de un grupo armado que parece reforzado.

“Hay una triste sensación de que la historia se repite; exmiembros del CNDP han conseguido el control de varios ejes estratégicos, como hicieron en 2008”, ha dicho Paule Rigaud, directora del Programa Regional para África de Amnistía Internacional.

“Hace cinco años, una situación similar condujo a graves atrocidades, entre ellas la matanza de Kiwanja, durante la cual el CNDP mató al menos a 150 civiles”.

“A Amnistía Internacional le preocupa mucho que los combates desplacen ahora a más personas, que se suman a las que se han visto obligadas a huir en los últimos meses, y que aumente el peligro de que la población civil se vea atrapada en el fuego cruzado”.

Cada vez preocupa más el aumento de la fuerza del M23, que según los informes tiene previsto volver a tomar ciudades clave, algunas en territorio Masisi, anterior bastión del CNDP.

“Resulta muy preocupante que unos 600 soldados congoleños huyeran a Uganda durante los ataques del M23 a la zona.”

“El gobierno congoleño, mediante sus fuerzas de seguridad, debe tomar medidas de inmediato para garantizar la protección de la población civil. La ONU, a través de la MONUSCO, debe seguir incrementando su presencia en zonas bajo amenaza y aplicar sus mecanismos de protección para evitar actos de violencia contra la población civil”, ha dicho Rigaud.

Información complementaria:

El CNDP controlaba la mayor parte de los territorios Masisi y Rutshuru a finales de 2008, y amenazaba con atacar Goma. 

El grupo armado se integró entonces en las FARDC tras un acuerdo de paz firmado el 23 de marzo de 2009 con el gobierno congoleño. 

En abril de 2012 comenzaron las deserciones del FARDC. Al poco tiempo, los desertores empezaron a lanzar operaciones militares contra el ejército congoleño.