La decisión de eliminar la pena de muerte en Connecticut demuestra un “firme liderazgo”

La decisión de eliminar la pena de muerte adoptada por el Senado del estado de Connecticut constituye un importante avance en la lucha para acabar con la pena capital, ha afirmado Amnistía Internacional.Tras 10 horas y media de debate, la decisión se adoptó por 20 votos a favor y 16 en contra. Si la Cámara de Representantes la aprueba y el gobernador Malloy la firma, Connecticut se convertiría en el 17 estado de Estados Unidos en abolir la pena de muerte.“Los legisladores de Connecticut han hecho lo correcto, y han demostrado un firme liderazgo en la promoción de los derechos humanos en ese estado”, ha manifestado Suzanne Nossel, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Estados Unidos.“Un total de 97 países de todo el mundo –y casi un tercio de los estados de Estados Unidos– han renunciado a la pena de muerte. Uniéndose a ellos, Connecticut contribuiría positivamente a lograr que esta pena cruel e irreversible pertenezca al pasado.”“Instamos a la Cámara de Representantes de Connecticut a que apruebe sin demora este proyecto de ley y lo remita al gobernador Malloy para que proceda a su firma.”Amnistía Internacional ha afirmado que, con el fin de la pena de muerte, en Connecticut se liberarían recursos que podrían dedicarse a políticas de verdadera prevención del delito y apoyo a las necesidades de las víctimas de delitos y sus familias.“Estos fondos pueden invertirse mejor dedicándolos a hacer frente la delincuencia y ofrecer apoyo a las víctimas, en vez de utilizarlos para financiar una pena que se ha rechazado en más de 140 países y en 16 estados de Estados Unidos”, ha declarado Suzanne Nossel.Los estudios muestran que la pena capital en Connecticut se aplica de forma sumamente tendenciosa y de un modo arbitrario. Los familiares de 179 víctimas de asesinato firmaron una carta de apoyo al proyecto de ley.Este año, el informe anual de Amnistía Internacional sobre la aplicación de la pena de muerte en todo el mundo ha mostrado que la gran mayoría de las ejecuciones se llevan a cabo en sólo un puñado de países: Arabia Saudí, China, Estados Unidos, Irán e Irak. Durante los últimos 10 años, las condenas de muerte en Estados Unidos han disminuido hasta alcanzar mínimos históricos, en gran parte gracias a una mayor concienciación de la opinión pública con respecto a las manifiestas deficiencias inherentes a la pena capital. Desde 1973, 140 personas condenadas a muerte en Estados Unidos han sido exoneradas.