Deuda pendiente para El Salvador: establecer el paradero de los centenares de niños y niñas desaparecidos

El Estado salvadoreño debe cumplir con sus obligaciones internacionales y con las familias afectadas, establecer el paradero de centenares de niños y niñas desaparecidos durante el conflicto armado (1980-1992), y llevar a los responsables ante la justicia, dijo Amnistía Internacional en el día de la niñez desaparecida.

“Es inconcebible que, a 20 años del fin del conflicto, centenares de familias todavía sufran la tortura diaria de desconocer el destino de quienes fueron sus seres queridos más vulnerables y el insulto de saber que los responsables de estos crímenes siguen evadiendo la justicia,” dijo Esther Major, investigadora sobre Centroamérica de Amnistía Internacional.

En 2005, la Corte Interamericana de Derechos Humanos falló en el caso de las hermanas Ernestina y Erlinda Serrano Cruz que el Estado salvadoreño tenía la obligación de crear una Comisión Nacional de Búsqueda para los niños y niñas víctimas de desaparición forzada.

En 2010, las autoridades de El Salvador crearon dicha Comisión. Sin embargo, esta institución aún no cuenta con el personal suficiente para cumplir su imprescindible tarea. En 2012 aún queda mucho por hacer, y la Asamblea Nacional tiene que asegurar que  el mandato de esta Comisión no se acabe hasta que todos los niños y niñas sean localizados.

“Los diputados de la Asamblea Nacional deben asegurar que el futuro de la Comisión es un asunto prioritario, para que las familias de los niños y niñas desaparecidos dejen de sufrir esta tragedia: tienen el derecho de saber que pasó con sus seres queridos,” dijo Esther Major.

“El Salvador tiene una deuda pendiente con  los familiares y debe hacer todo lo que esté en su poder para encontrar a Ernestina y Erlinda Serrano Cruz y a todos los otros niños y niñas que fueron arrancados del seno de sus familias.”

Aunque es difícil llegar a una cifra exacta, se estima que más de 700 niños y niñas fueron víctimas de desaparición forzada durante el conflicto armado interno en El Salvador. Gracias a los esfuerzos de familiares y organizaciones no gubernamentales, más de 300 han sido localizados.