La decisión del Tribunal Supremo de Brasil de absolver a un hombre acusado de violar a tres niñas de 12 años, alegando que al parecer se trataba de “trabajadoras sexuales”, constituye una escandalosa afrenta a los derechos humanos más básicos y no tiene cabida en el Brasil de hoy en día, ha manifestado Amnistía Internacional.
La decisión confirmó fallos dictados previamente por tribunales inferiores en Sao Paulo, en donde se presentó la denuncia inicial. La defensa afirmó que las tres niñas eran “trabajadoras sexuales” y que, por tanto, las relaciones habían sido consentidas.
Según el Código Penal brasileño de 2009, las relaciones sexuales con una persona menor de 14 años se consideran delito en todas las circunstancias.
“La violación nunca es culpa de la víctima. En realidad, este escandaloso fallo da luz verde a los violadores, y, si se mantiene, podría disuadir a otras personas supervivientes de abusos sexuales de denunciar estos delitos”, ha declarado Atila Roque, director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil.
“Es sumamente preocupante que no se hayan aplicado las protecciones establecidas en la legislación brasileña para casos cono este.”
“Amnistía Internacional acoge con satisfacción la noticia de que el gobierno va a pedir que se presente un recurso de apelación. La justicia brasileña debe garantizar la plena proteccion de las víctimas frente a este atroz delito y el procesamiento de los responsables. La violación constituye una grave vulneración de los derechos humanos en todas las circunstancias.”