Estados Unidos envió suministros de armas repetidamente a las fuerzas de seguridad egipcias

Los datos obtenidos por Amnistía Internacional demuestran que Estados Unidos ha transferido munición repetidamente a Egipto a pesar de la violenta campaña de represión de las fuerzas de seguridad contra manifestantes.El 26 de noviembre llegó desde Estados Unidos un cargamento dirigido al Ministerio del Interior egipcio con al menos siete toneladas de “munición fumígena”, que incluye sustancias químicas irritantes y agentes antidisturbios como el gas lacrimógeno.Era una de las tres entregas de armas a Egipto realizadas por la empresa estadounidense Combined Systems, Inc. desde el comienzo de la brutal represión de las manifestaciones de la “Revolución del 25 de enero”.“Estos envíos de armas por Estados Unidos a las fuerzas de seguridad egipcias deben parar hasta que se tenga la certidumbre de que esas municiones, armas y otros materiales no tienen relación con el derramamiento de sangre en las calles de Egipto” ha manifestado Brian Wood, de Amnistía Internacional.El 8 de abril, Combined Systems, Inc. despachó 21 toneladas de munición (19.084 kilos) desde el puerto estadounidense de Wilmington hasta el puerto egipcio de Suez.El 8 de agosto, otro envío de 17,9 toneladas de munición (16.250 kilos) salió de Nueva York con destino a Port Said, en Egipto.Según la base de datos sobre comercio de mercancías PIERS, ambos cargamentos llevaban el código de producto de balas, cartuchos y proyectiles, aunque el último también se describía como “munición fumígena”.El 26 de noviembre llegó un tercer cargamento al puerto de Adabiya, cerca de Suez, a bordo del barco danés “Marianne Danica”, propiedad de la empresa danesa H.Folmer & Co.El envío había sido organizado por la empresa de logística de defensa Nico Shipping. La munición se cargó en la terminal portuaria estadounidense Military Ocean Terminal Sunny Point, en Carolina del Norte, y partió el 13 de octubre, según los datos de expedición rastreados por Transarms para Amnistía Internacional.Combined Systems, Inc., con sede en Jamestown (Estados Unidos), fabrica todo tipo de municipones para las fuerzas armadas y los cuerpos encargados de hacer cumplir la ley, incluidas municiones de impacto, como proyectiles de goma, y munición irritante, como el gas lacrimógeno CS.El 1 de diciembre, un portavoz del Departamento de Estado estadounidense confirmó que se habían concedido “licencias de exportación a dos empresas estadounidenses para exportar gas lacrimógeno y otros agentes antidisturbios no letales a Egipto. Y la concesión más reciente de una de estas licencias tuvo lugar en julio”.“Estas licencias se concedieron en un momento en que el gobierno egipcio estaba reaccionando a las protestas haciendo uso excesivo de la fuerza y a menudo empleando medios letales. Es inconcebible que las autoridades estadounidenses no conocieran los indicios de abusos cometidos por las fuerzas de seguridad egipcias, ampliamente documentados. No tenían que haber concedido esas licencias”, ha afirmado Brian Wood.Según manifestó un portavoz del Departamento de Estado estadounidense el 29 de noviembre, “todavía no hemos visto una prueba concreta de que las autoridades egipcias estén haciendo uso indebido del gas lacrimógeno”.Incluso en noviembre se dispersaron violentamente con gas lacrimógeno las manifestaciones contra el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, en las que hubo al menos dos docenas de muertos y varios centenares de heridos.Muchos de los cartuchos y granadas recogidos por manifestantes en la plaza de Tahrir eran de gas lacrimógeno fabricado en Estados Unidos, incluidos con la marca de Combined Systems Inc. o Combined Tactical Systems, que es la división de la compañía que especializada en equipamiento para agentes encargados de hacer cumplir la ley.“Ni siquiera en situaciones de enfrentamiento de manifestantes contra la policía antidisturbios es lícito hacer uso excesivo de la fuerza y emplear gas lacrimógeno imprudentemente” ha afirmado Brian Wood.“Las fuerzas de seguridad egipcias, incluida la policía antidisturbios, deben ser reformadas y formadas en el respeto de las normas de la ONU relativas al empleo de la fuerza y las armas de fuego. Si no hay un cambio fundamental en la conducta y la rendición de cuentas de las fuerzas de seguridad, es irresponsable que países extranjeros suministren armas y otros materiales a unas fuerzas que con toda probabilidad harán uso indebido de ellos.”El uso de gas lacrimógeno y otras municiones por parte de las fuerzas de seguridad egipcias es un ejemplo claro de la necesidad urgente de establecer un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas y hacerlo cumplir.Amnistía Internacional ha pedido que el uso de municiones como el gas lacrimógeno para operaciones militares y policiales se incluya en la categoría de armas convencionales reguladas por el tratado.“Un tratado efectivo sobre el comercio de armas, cuyo ámbito de aplicación sea global y que establezca estrictos controles nacionales sobre la concesión de licencias, ayudaría a garantizar que las exportaciones de armas de Estados Unidos y otros grandes exportadores de armas no fomentan los abusos contra los derechos humanos” ha señalado Brian Wood.