Se pide a China contención en las protestas de Mongolia Interior

Las autoridades chinas deben evitar la represión violenta de las manifestaciones en la región de Mongolia Interior, en algunas de cuyas zonas ha sido declarada la ley marcial para sofocar las protestas que se desarrollan desde hace cinco días, ha dicho hoy Amnistía Internacional.

“Las autoridades chinas deben respetar la libertad de expresión y reunión de los manifestantes. Dada la dureza de la represión de protestas similares en otras regiones, como la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang y Tíbet, hay verdaderos motivos para preocuparse por la situación de Mongolia Interior”, ha dicho Catherine Baber, subdirectora del Programa Regional para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.

En una rara muestra de desafío, cientos de personas de etnia mongola de la Región Autónoma de Mongolia Interior marcharon el viernes hasta un edificio del gobierno local en la comarca de la Bandera de Shuluun Huh pidiendo a las autoridades chinas que respetaran los derechos y la forma de vida tradicional de los pastores mongoles, incluido el acceso a los pastos.

Según los informes, las protestas que se vienen produciendo diariamente desde el 23 de mayo en toda la zona han sido en gran medida pacíficas. Sin embargo, los informes indican que al menos 18 personas han resultado heridas, algunas gravemente, en enfrentamientos con la policía en la Bandera Derecha de Ujumchin los días 23 y 26 de mayo.

“El meollo de estas manifestaciones son las inveteradas demandas para que se respeten los derechos humanos y se proteja la cultura mongola. Las autoridades chinas llevan años deteniendo regularmente a activistas y escritores que expresan estas demandas, a algunos de los cuales han condenado a largas penas de cárcel. Las protestas son una llamada de atención para las autoridades, que, como en otras áreas habitadas por minorías, deben comenzar a hacer caso al mensaje, en lugar de matar al mensajero”, ha dicho Catherine Baber.

“Las autoridades chinas deben garantizar los derechos de la población de etnia mongola a la libertad de expresión y reunión y evitar el recurso a medidas de fuerza innecesaria o excesiva en la actuación de las fuerzas de seguridad frente a esas protestas”, ha añadido.

El detonante de esta semana de protestas, que el miércoles sacó a la calle a unos 2.000 estudiantes mongoles en la ciudad de Shiliinhot de la Región Autónoma de Mongolia Interior, fue la muerte de un pastor de etnia mongola, Mergen (el uso de un solo nombre es habitual entre muchos mongoles), atropellado por un camión de carbón que conducía una persona de etnia han, el grupo étnico dominante en China. Las autoridades chinas han detenido y presentado cargos contra el conductor y el copiloto del camión.

Entre los seis millones de personas de etnia mongola de China hay un temor generalizado a que el desarrollo de proyectos mineros en la región, rica en minerales, amenace su estilo de vida.

En Internet hay más convocatorias de protestas. Sin embargo, según los medios de comunicación locales, las autoridades chinas han incrementado la censura online ante las manifestaciones, restringiendo más el acceso a las plataformas de redes sociales de la zona.

En ocasiones anteriores, las autoridades chinas han respondido duramente ante llamamientos similares para que se respeten los derechos y la cultura de las personas de etnia mongola. Hada, activista de derechos humanos mongol y cofundador de la Alianza Democrática del Sur de Mongolia, fue condenado en 1995 a 15 años de cárcel por “espionaje” y “separatismo”.

Hada debía haber sido puesto en libertad en diciembre de 2010, pero continúa en detención secreta. Durante los años en que cumplió condena, su esposa y su hijo estuvieron sometidos a estrecha vigilancia y sufrieron frecuentes actos de hostigamiento por parte de las autoridades.  Ambos fueron detenidos la víspera de la fecha en que Hada debía ser puesto en libertad y acusados de “actividades comerciales ilegales” y de “posesión de drogas”, respectivamente.