Amnistía Internacional exhorta a Líbano a investigar la suerte de las personas desaparecidas en la guerra civil

Las autoridades libanesas deben tomar medidas urgentes para establecer una comisión independiente que investigue cabalmente la suerte de miles de personas que llevan desaparecidas desde la guerra civil en Líbano, declaró hoy Amnistía Internacional.

Jamás olvidadas: Las personas desaparecidas en Líbano documenta el amargo legado de la guerra civil entre 1975 y 1990: las miles de personas cuya suerte sigue sin conocerse.

Algunas desaparecieron después de ser arrestadas y capturadas por las partes del conflicto, otras pudieron haber muerto en los combates y las masacres, mientras que otras desaparecieron en circunstancias poco claras.

“Realmente es urgente que las autoridades libanesas tomen medidas para dar fin a este muy doloroso episodio,” ha manifestado Malcolm Smart, director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.

“Tanto el presidente, como el consejo de ministros se comprometieron a actuar; sin embargo, todavía no se han tomado medidas concretas para atender el incesante sufrimiento de las familias que han estado esperando por tanto tiempo para averiguar que sucedió con sus seres queridos.”

“Lo que se necesita urgentemente ahora es una comisión investigadora independiente, una que incluya entre sus miembros a representantes de las familias de las personas desaparecidas.”

Amnistía Internacional también está pidiendo a las autoridades que establezcan un programa para recolectar muestras de ADN de los parientes de las personas desaparecidas que lo deseen y que garantice la realización de la prueba de ADN cada vez que se descubran restos humanos de quienes murieron en el conflicto.

“Actualmente la ciencia proporciona un medio para descubrir la identidad de las personas que desaparecieron en la guerra civil de una manera que simplemente no era posible entonces, como lo ha demostrado la experiencia de otros países,” declaró Malcolm Smart.

Las investigaciones anteriores abiertas por las autoridades no han sido independientes, transparentes o eficaces, por lo que las familias de las personas desaparecidas han vivido con el sufrimiento causado por la pérdida y con la incertidumbre permanente.

Muchas familias desean saber dónde están enterrados sus seres queridos de modo que puedan preparar un entierro digno y llorar su pérdida verdaderamente.

Otras todavía mantienen la esperanza de que sus parientes aún estén vivos en Siria o en alguna otra parte ya que algunas de las personas detenidas por los grupos armados o las fuerzas gubernamentales fueron trasladadas a otros países, dificultando aún más que las familias obtengan respuestas.

Amineh ‘Abd al-Husri, de 78 años de edad, continúa haciendo campaña con determinación para descubrir la verdad sobre lo que le pasó a su hijo desaparecido, Ahmed.  Ella sabe que su hijo desapareció de Beirut en 1986 y cree que fue entregado a las autoridades sirias, pero ahí la pista se pierde. 

“Quiero que mi hijo vuelva.  Todos queremos que nuestros hijos vuelvan – aun si están en un ataúd.  Quizás está muerto, no lo sé.  Pero si tengo su cadáver, me gustaría enterrarlo al lado de su padre,” dijo a Amnistía Internacional.

La desaparición forzada sin rastro, en muchos casos del sostén económico de la familia, ha dejado a familias en la indigencia y en muchos casos imposibilitadas para obtener pasaportes ya que las mujeres no pueden conseguirlos sin un tutor varón.

“Los derechos de las víctimas y sus familiares a la verdad, la justicia y, cuando sea pertinente, la reparación, sólo pueden lograrse con la cooperación y transparencia absolutas de las instituciones estatales y personas involucradas, sin excepción.” 

Nota para periodistas

De acuerdo con las normas internacionales de los derechos humanos, las familias tienen el derecho de saber la suerte de sus parientes en relación con situaciones de conflicto armado.  Las partes del conflicto armado deben dar a conocer toda la información relevante acerca de la suerte o paradero de las persones reportadas como desaparecidas y los gobiernos deben realizar investigaciones exhaustivas e independientes de los abusos contra los derechos humanos durante y después de un conflicto.

Durante una visita de investigación a Líbano en octubre de 2010, Amnistía Internacional habló con muchos familiares de personas desaparecidas. La organización decidió retrasar la presentación del documento Jamás olvidadas debido a los acontecimientos que tuvieron lugar recientemente en Líbano y el resto de la región.

La guerra civil en Líbano (1975 y 1990), de cuyo comienzo esta semana se cumplen 36 años,  consistió en una serie de conflictos interconectados que involucraron a muchas partes diferentes, entre ellas los libaneses, palestinos, israelíes y sirios. Tuvo dimensiones nacionalistas, ideológicas y sectarias, algunas de las cuales estuvieron coligadas inicialmente en torno a la oposición o al apoyo a la población refugiada palestina, y llegó a enfrentar a las distintas comunidades religiosas de Líbano.

La guerra civil implicó la intervención armada directa de Israel y Siria, muchas veces en alianza con diferentes facciones libanesas y fue testigo de invasiones y ocupación por parte de las fuerzas armadas israelíes, quienes finalmente se replegaron en el año 2000, y de una prolongada presencia militar siria que continuó hasta 2005.