Las autoridades indonesias deben investigar los homicidios de ahmadíes

Amnistía Internacional ha pedido al gobierno de Indonesia que investigue los homicidios de tres miembros de un grupo religioso minoritario a manos de una multitud en la isla de Java este fin de semana. Los homicidios tuvieron lugar cuando, según informes, más de un millar de personas armadas con piedras, machetes, espadas y lanzas irrumpieron en la casa de un dirigente del culto minoritario ahmadí en el subdistrito de Cikeusik, provincia de Banten, el 6 de febrero de 2011. Varios ahmadíes más resultaron heridos en el ataque, y los informes indican que otros dos están en paradero desconocido. “Este brutal ataque contra seguidores ahmadíes refleja el hecho de que el gobierno indonesio sigue sin proteger del acoso y los ataques a las minorías religiosas y sin obligar a los agresores a rendir cuentas –manifestó Donna Guest, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía–. La policía indonesia debe poner en marcha una investigación pronta, exhaustiva y efectiva sobre los actos de violencia y garantizar que los presuntos autores son procesados con las debidas garantías.” Los ahmadíes son un grupo religioso que se considera parte del islam, aunque no se adhieren al sistema de creencias aceptado en opinión de muchos grupos musulmanes ortodoxos. La multitud rodeó una casa en la que estaban reunidos unos 18 ahmadíes para exigir que se dispersaran. A continuación, los alborotadores irrumpieron violentamente en la vivienda y atacaron y mataron a tres ahmadíes identificados como Roni, Tarno y Mulyadi. Los cuerpos de las víctimas presentaban múltiples lesiones, incluidas heridas de arma blanca y laceraciones. Al menos cinco ahmadíes más resultaron heridos, y al parecer se desconoce el paradero de otros dos. Además, la multitud destrozó la casa y varios vehículos aparcados a su alrededor. Amnistía Internacional ha documentado numerosos casos de intimidación y violencia contra la comunidad ahmadí por parte de grupos islamistas radicales en varias partes de Indonesia, incluidos incendios y ataques contra lugares de culto y viviendas de ahmadíes que, en ocasiones, provocaron su desplazamiento. En la mayoría de los casos, quienes cometen actos de violencia contra los ahmadíes no reciben castigo alguno y, cuando suceden los ataques, las autoridades tienden a culpar a esa minoría por “sostener opiniones que se apartan de la norma”. El decreto ministerial conjunto aprobado en 2008 que prohíbe a los ahmadíes promover sus actividades también ha fomentado el acoso y los ataques contra la comunidad ahmadí. En septiembre de 2010, el [prov. ] ministro indonesio de Asuntos Religiosos, Suryadharma Ali, pidió la prohibición del culto ahmadí. El gobierno debe derogar toda legislación y normativa que restrinja el derecho a la libertad de religión proclamado en el artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y poner en marcha una investigación independiente e imparcial sobre todos los casos de intimidación y violencia contra grupos religiosos en Indonesia. Además, Amnistía Internacional ha pedido a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (Komnas HAM) que investigue las denuncias según las cuales la policía no tomó las medidas necesarias para proteger a los fieles ahmadíes reunidos ni para impedir los ataques del domingo. “Indonesia debe elaborar una estrategia concreta para reforzar la libertad de religión y la tolerancia religiosa, que ha experimentado un claro deterioro en los últimos años” afirmó Donna Guest.