Las fuerzas de seguridad guineanas hacen un uso excesivo de la fuerza en las protestas por las elecciones

Amnistía Internacional pide a las autoridades guineanas que investiguen los informes según los cuales la policía hizo un uso excesivo de la fuerza para sofocar las protestas que estallaron la semana pasada en la capital, Conakry, lo que desembocó en la muerte de una persona, heridas en alrededor de otras 60 y más de 100 detenciones.

Las fuerzas gubernamentales intervinieron en manifestaciones de partidarios de partidos políticos rivales tras el aplazamiento el viernes, por tercera vez, de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Las fuerzas de seguridad dispararon indiscriminadamente contra civiles desarmados, golpearon a los manifestantes y saquearon viviendas.

“Esta reacción despiadada y temeraria hacia las protestas es el último ejemplo de violencia de las fuerzas  de seguridad guineanas, cuya brutalidad suele quedar impune”, afirmó Gaëtan Mootoo, investigador sobre Guinea de Amnistía Internacional.

“Las autoridades deben investigar los informes de torturas y malos tratos a manos de sus fuerzas, y acusar formalmente o poner en libertad a todos los detenidos, al mismo tiempo que garantizan que la ineptitud de la policía no se cobra más vidas mientras continúa la incertidumbre sobre las elecciones.”

Según la información de que dispone Amnistía Internacional, los disparos de las fuerzas de seguridad alcanzaron a por lo menos 15 personas y se ha confirmado que una de ellas, Ibrahim Khalil Bangourah, murió a consecuencia de las heridas sufridas.

El ex primer ministro Cellou Dalein Diallo, que obtuvo el 43% de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada en junio, se enfrenta en la segunda vuelta al líder de la oposición Alpha Condé, que consiguió el 18% de los votos.

Sin embargo, la vuelta definitiva de las elecciones —los primeros comicios democráticos que se convocan en el país después de 52 años de gobierno autoritario— se ha aplazado ya tres veces debido a lo que la comisión electoral del país calificó de “dificultades técnicas”; según informes, la falta de instalaciones para votar.

La última cancelación desencadenó dos días de enfrentamientos entre los seguidores de Condé y los de Diallo, aunque al parecer el domingo se recuperó la calma, cuando los simpatizantes de los partidos acataron la prohibición del gobierno de celebrar manifestaciones.

Algunos testigos presenciales declararon a Amnistía Internacional que la policía había desnudado y golpeado a varios manifestantes en los enfrentamientos que hubo en Conakry.

“Estaba sentado comiendo con mi familia cuando llegaron al patio las fuerzas de seguridad, tiraron al suelo los platos y nos pegaron. Se llevaron a tres de nosotros a la comisaría”, dijo a Amnistía Internacional un detenido tras ser puesto en libertad.

El destacado activista de derechos humanos Aliou Barry, presidente del Observatorio para la Defensa de los Derechos Humanos recibió una paliza después de intentar denunciar las palizas que habían recibido otros manifestantes el sábado.

Amnistía Internacional pide desde hace años la reforma de las fuerzas de seguridad guineanas, especialmente después de la matanza del “Lunes Sangriento” del 28 de septiembre de 2009. Ese día y los siguientes, las fuerzas de seguridad mataron a más de 150 personas y violaron a más de 40 mujeres durante y después de las protestas que estallaron contra la decisión del jefe de Estado, Dadis Camara, de presentarse a las elecciones presidenciales.

Más de 1.000 personas resultaron heridas y muchas personas desaparecieron o fueron detenidas. Muchos de los autores de la matanza siguen ocupando puestos de autoridad, protegidos del enjuiciamiento.

Desde 2004, las fuerzas de seguridad de Guinea han recibido armas o adiestramiento de Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Malí, Marruecos, Nigeria y Sudáfrica.