China: Nuevos testimonios refuerzan llamamiento para que se investiguen los disturbios del Sin-kiang

Amnistía Internacional ha instado al gobierno chino a que emprenda una investigación independiente sobre los disturbios ocurridos el pasado año en la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang, después de que la organización obtuviera nuevos testimonios que suscitan más dudas sobre la versión oficial de los hechos.

Un informe que se ha dado a conocer hoy, titulado “Justice, justice”: The July 2009 Protests in Xinjiang, China, incluye nuevos testimonios recabados entre uigures que huyeron de China tras los sucesos ocurridos en la capital del Sin-kiang, Urumqi.  

Las personas entrevistadas denunciaron el uso innecesario o excesivo de la fuerza, detenciones masivas, desapariciones forzadas y tortura y malos tratos en detención tanto el 5 de julio de 2009 como durante la represión desatada por el gobierno con posterioridad.

“La versión oficial deja demasiadas preguntas sin respuesta: ¿Cuántas personas murieron realmente? ¿Quién las mató? ¿Cómo ocurrió y por qué?”, ha declarado Catherine Baber, directora adjunta del Programa para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.  

Con motivo del aniversario del 5 de julio, se ha reforzado la seguridad en la región, y según informes se han impuesto restricciones a la libertad de circulación y de expresión, así como a organizaciones comunitarias uigures.

“En lugar de sofocar las investigaciones, culpar a agitadores externos y crear miedo, el gobierno chino debe aprovechar el aniversario para emprender una investigación apropiada que incluya los motivos de queja que alberga desde hace tanto tiempo la comunidad uigur y que contribuyeron a los disturbios”, añadió Catherine Baber.

Testigos de los sucesos del 5 de julio confirmaron que la protesta contra la inacción del gobierno ante los homicidios de obreros uigures en el sur de China comenzó pacíficamente, no obstante lo cual las fuerzas de seguridad respondieron con violencia. Una mujer de 29 años de Urumqi declaró:

“[…] llegaron unos 20 vehículos militares. Las fuerzas de seguridad llevaban rifles automáticos y empezaron a empujar a los manifestantes. La mujer caminó hacia ellos. Un policía la disparó y ella murió. Fue espantoso, yo estaba muy asustada. Entonces todo fue un caos.”

Los disturbios estallaron esa misma noche, sobre todo en la zona sur (uigur) de la ciudad, y causaron numerosos muertos y heridos. Según las autoridades chinas, en la violencia del 5 de julio habían muerto 197 personas, 156 de las cuales fueron calificadas de “personas inocentes” e incluían a 134 chinos de etnia han, 11 huis, 10 uigures y un manchú.  

Un testigo de 22 años narra así el caos y la violencia que se desataron en Urumqi:

“Hacia las 8 de la noche  [del 5 de julio], un grupo de uigures pasó frente a nuestra casa en dirección hacia el sur, destrozando automóviles y otras propiedades. Luego, unos 30 minutos después, apareció otro grupo de uigures. Iban corriendo, perseguidos por el ejército. El ejército les disparó mientras huían, por la espalda. Creo que murieron quizá tres personas a las que dispararon por la espalda.”

“No está claro si las autoridades estaban preparadas para proteger a todos los ciudadanos y si tenían la preparación y el equipo adecuados para controlar la situación sin recurrir a la fuerza letal”, ha afirmado Catherine Baber.

Según informes, hubo ataques violentos en la ciudad durante toda la semana, y testigos presenciales declararon a Amnistía Internacional que en algunos casos la policía no protegió a los uigures que fueron atacados por chinos de etnia han el 7 de julio.

China ha aprobado recientemente un paquete de medidas de desarrollo para el Sin-kiang destinado a promover la estabilidad social, pero Amnistía Internacional pide al gobierno que lleve igualdad y justicia a la región, y garantice amplias consultas a la comunidad en todas las actividades futuras de planificación e implementación. “El gobierno chino espera estabilizar la región invirtiendo dinero en el problema, pero sin una investigación independiente y creíble de los disturbios de Urumqi y de los motivos de queja subyacentes, seguirá habiendo resentimiento y desconfianza”, ha manifestado Catherine Baber.  

Tras los disturbios fueron detenidas más de mil personas y posiblemente cientos de ellas fueron objeto de desaparición forzosa. Según las estadísticas oficiales, al menos 198 personas han sido condenadas en juicios en los que, en opinión de Amnistía Internacional, se incumplieron las normas internacionales de imparcialidad procesal. Se sabe que se han realizado nueve ejecuciones y que hay por lo menos 26 personas condenadas a muerte.

Amnistía Internacional pide a China que emprenda una investigación independiente e imparcial sobre los abusos contra los derechos humanos cometidos por todas las personas que participaron en los disturbios de Urumqi, y que garantice un proceso judicial transparente para todas aquellas que sean enjuiciadas por los disturbios, incluidos juicios justos con arreglo a las normas internacionales.

Información complementaria

El 5 de julio de 2009 la violencia estalló en Urumqi, capital de la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang, en el noroeste de China, después de la represión policial de una manifestación pacífica contra la inacción del gobierno ante los homicidios de obreros uigures inmigrantes en Guandong, en el sur de China. Las protestas se produjeron en un contexto de resentimiento uigur, acumulado durante años de represión y discriminación oficiales.

Varios relatores especiales de la ONU, incluidos el relator especial sobre la cuestión de la tortura  y el experto independiente en cuestiones de las minorías, han solicitado visitar la región. Hasta la fecha, las autoridades chinas no han accedido a sus peticiones.