Los Estados no deben ignorar los derechos humanos en las iniciativas para poner fin a la pobreza

Los gobiernos se arriesgan a fallarle a algunos de los grupos más empobrecidos y vulnerables del mundo si no hacen de los derechos humanos la piedra angular de las iniciativas para erradicar la pobreza, ha advertido hoy Amnistía Internacional.

En un nuevo informe en el que se examina la manera de reforzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), la organización pone de manifiesto cómo las principales metas quedan por debajo de las normas internacionales de derechos humanos existentes. El informe, titulado De las promesas a los hechos, expone una serie de medidas cruciales que los gobiernos pueden tomar para conseguir avances significativos en los ODM en los próximos cinco años.

“Los ODM supusieron la promesa de un futuro más justo para las personas más empobrecidas y excluidas del mundo, pero ya resulta dolorosamente evidente que, si no se actúa urgentemente, los gobiernos les fallarán a las comunidades más vulnerables”, ha dicho Claudio Cordone, secretario general interino de Amnistía Internacional.

“El mensaje para los líderes mundiales cuando se reúnan en septiembre para analizar los progresos logrados respecto a los ODM es claro: deben actuar ya para hacer de los derechos humanos la piedra angular de las iniciativas para mejorar las vidas de quienes viven en la pobreza.”

En el informe se pide a los gobiernos que se aseguren de que todas las iniciativas en favor de los ODM son coherentes con los derechos humanos, abordan la discriminación que experimentan las mujeres, definen metas de cumplimiento nacional, hacen realidad el derecho a la participación y refuerzan los mecanismos de rendición de cuentas.

El documento se presentó hoy en Nueva York, donde representantes de los gobiernos, la sociedad civil y los organismos de la ONU se reúnen en una conferencia organizada por Amnistía Internacional y Realizar los Derechos para debatir sobre la importancia de los derechos humanos en la consecución de los ODM. 

El informe destaca tres importantes temas –la igualdad entre los géneros, la salud materna y los barrios marginales– para ilustrar la brecha existente entre el actual marco de los ODM y las normas internacionales de derechos humanos.

Respecto a la igualdad entre los géneros, el informe muestra cómo los ODM no garantizan que los gobiernos se ocupen de los derechos humanos de las mujeres en todas las metas, a pesar de ser éste un elemento fundamental para resolver el problema de la pobreza. La cuestión de la igualdad de género sólo aparece en los ODM como una única meta para eliminar las diferencias en la educación.

Se calcula que el 70 por ciento de las personas que viven en la pobreza son mujeres. El informe documenta cómo mujeres y niñas siguen siendo discriminadas por su género y sufriendo violencia y otras violaciones de derechos humanos en todas las sociedades.

La mejora de la salud materna es un área en la que se ha avanzado muy poco, según el informe. Los ODM no tienen en cuenta diversos factores subyacentes que contribuyen a muertes y lesiones al dar a luz.

Cuestiones de derechos humanos tales como el matrimonio temprano o forzado o la violencia contra las mujeres y las niñas impiden a las mujeres decidir sobre sus propias vidas. Los ODM tampoco prestan suficiente atención a los derechos sexuales y reproductivos. Desde Perú a Sierra Leona, el informe ilustra las barreras con que se encuentran las mujeres que viven en la pobreza cuando tratan de acceder a la atención de la salud materna.

La meta de los ODM de mejorar las vidas de al menos 100 millones de habitantes de barrios marginales o asentamientos precarios es descrita como “sumamente inadecuada y poco convincente”, ya que se calcula que 1.400  millones de personas vivirán en este tipo de asentamientos en 2020. La meta, además, dista mucho de cumplir las obligaciones contraídas por los Estados en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.

Amnistía Internacional ha documentado los desalojos forzosos de comunidades que viven en barrios marginales de todas las regiones del mundo. Los efectos de estos desalojos son catastróficos para unas personas que ya vivían en la pobreza. Los ODM ignoran las obligaciones cruciales de los Estados de impedir que los ciudadanos sean víctimas de estas violaciones y protegerlos frente a ellas.

Desde Burkina Faso a las favelas de Brasil, el informe muestra el déficit existente en cuanto a la rendición de cuentas, que dificulta el acceso a la justicia de las personas que viven en la pobreza. No existen mecanismos para garantizar la rendición de cuentas o las personas que viven en la pobreza no pueden acceder a ellos.

“Los derechos humanos son fundamentales para que los ODM sean reales”, ha dicho Claudio Cordone. “Es preciso pedir cuentas a los gobiernos para garantizar que sus iniciativas para lograr los ODM son coherentes con los derechos humanos”.

Notas para los periodistas

Este trabajo forma parte de la campaña Exige Dignidad de Amnistía Internacional, que tiene como objetivo poner fin a las violaciones de derechos humanos que impulsan y agudizan la pobreza. La campaña movilizará a personas de todo el mundo para exigir que los gobiernos, las grandes empresas y otros agentes de poder escuchen la voz de quienes viven en la pobreza y reconozcan y protejan sus derechos. Si desean más información, visiten  https://demanddignity.amnesty.org/campaigns-en/

Los ODM, surgidos de la Declaración del Milenio, adoptada hace 10 años, siguen siendo hasta la fecha la iniciativa mundial más prominente destinada a erradicar la pobreza.

Los ODM se centran en ocho áreas: 1) erradicación de la pobreza extrema y el hambre; 2) educación universal; 3) promover la igualdad entre los géneros y empoderar a las mujeres; 4) reducir la mortalidad infantil; 5) mejorar la salud materna; 6) combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades; 7) garantizar la sostenibilidad medioambiental; y 8) fomentar una asociación mundial para el desarrollo.