En Arabia Saudí, los defensores y defensoras de los derechos humanos y las personas que ejercen el activismo de manera pacífica llevan demasiado tiempo siendo objeto de detenciones, sentencias condenatorias y prohibiciones de viajar. Pide que se levanten ya las prohibiciones de viajar.
Durante los últimos tres años, la sociedad saudí ha sido testigo de una transformación vertiginosa en un intento de mejorar su imagen internacional. Sin embargo, esa transformación superficial esconde otra realidad: la constante e implacable represión de la que son objeto decenas de personas saudíes que defienden los derechos humanos, otras que ejercen el activismo de manera pacífica, periodistas y clérigos, simplemente por expresar sus opiniones.
Las autoridades saudíes mantienen detenidos arbitrariamente al menos a 35 mujeres y hombres que realizan un activismo pacífico, tras imponerles largas penas de prisión y la prohibición de viajar, en algunos casos sólo por tuitear sobre reformas políticas. Además, incluso después de cumplir condena, estas personas siguen sin ser libres.
Tienen que vivir sometidas a largas prohibiciones de viajar impuestas en sus sentencias condenatorias que les impiden salir de Arabia Saudí y que van desde los 5 hasta los 20 años.
Loujain al Hathloul, Raif Badawi, Samar Badawi, Nassima al Sada, y Abdulrahman al Sadhan forman parte de la larga lista de activistas a quienes los tribunales han prohibido viajar.
Las prohibiciones de viajar arbitrarias también se imponen a veces sin orden judicial, y las personas afectadas se dan cuenta de ello cuando tratan de viajar y las autoridades saudíes se lo impiden en los aeropuertos o los pasos fronterizos. Estas prohibiciones a menudo afectan a familiares de activistas que están en el extranjero, separando a familias y causándoles un tremendo dolor.
A 19 familiares de Sheikh Salman al Odah, que puede ser condenado a muerte, se les ha prohibido viajar de manera indefinida sólo por estar emparentados con él.
“La prohibición de viajar es una manera evidente de chantajear a familiares de activistas, especialmente a quienes viven en el extranjero, como yo, para silenciarnos e intimidarnos.” – Abdullah al Odah, hijo de Sheikh Salman.