La pandemia de COVID-19 continuó agravando el ya lamentable estado de los servicios de salud. Se violaron de forma habitual los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica. Las reuniones públicas organizadas por la oposición política estaban prohibidas casi en su totalidad. Se utilizó ampliamente la legislación sobre “agentes extranjeros” y “organizaciones indeseables”, junto con enjuiciamientos por cargos falsos y otras formas de presión, para reprimir la disidencia. Se perpetraron con impunidad amenazas y ataques contra periodistas, activistas y defensores y defensoras de los derechos humanos. Se intensificó la persecución a miembros de Testigos de Jehová. La tortura y otros malos tratos seguían siendo endémicos en los lugares de detención y el enjuiciamiento de sus autores, excepcional. Hubo informes de desapariciones forzadas en Chechenia. Las autoridades no abordaron la violencia de género en el ámbito familiar. La comunidad LGBTI seguía sufriendo discriminación. Persistieron las expulsiones arbitrarias de personas refugiadas y solicitantes de asilo.
Lee las noticias más recientes sobre la guerra de Rusia en Ucrania.
Leer másMantiene la pena de muerte en la ley, pero no ha ejecutado durante al menos 10 años