Con motivo de la reunión de urgencia que celebrará a puerta cerrada hoy el Consejo de Seguridad de la ONU sobre Myanmar, Sherine Tadros, directora adjunta de incidencia de Amnistía Internacional, ha manifestado:
“Lo que estamos presenciando en Myanmar no ha ocurrido solamente de repente. No se puede dejar en libertad a quienes perpetran crímenes graves de derecho internacional y reaccionar con sorpresa después, cuando pisotean de nuevo los derechos humanos.
“Ayer, unas fuerzas armadas envalentonadas interpretaron años de inacción internacional como una señal silenciosa de que podían derrocar al gobierno civil y embarcarse en un frenesí de detenciones injustificadas sin ninguna consecuencia real.
“¿Seguirán los miembros del Consejo de Seguridad hablando entre sí sin más, a puerta cerrada o van a actuar por fin con firmeza para prevenir más violaciones de derechos y la amenaza muy real de que empeore la crisis de derechos humanos? Si el Consejo de Seguridad hubiera actuado con decisión y firmeza desde el primer día, puede que no estuviéramos en una situación en la que las vidas y la libertad de la población de Myanmar corren ahora un peligro aún mayor.
Ayer, unas fuerzas armadas envalentonadas interpretaron años de inacción internacional como una señal silenciosa de que podían derrocar al gobierno civil y embarcarse en un frenesí de detenciones injustificadas sin ninguna consecuencia real.
Sherine Tadros, directora adjunta de incidencia
“Como hemos dicho, el Consejo de Seguridad debe imponer sanciones económicas selectivas al comandante en jefe, el general Min Aung Hlaing, y a otros dirigentes militares responsables de crímenes atroces contra diversas minorías étnicas de todo el país, incluida la rohinyá. Además, debe imponer un embargo de armas global y completo a Myanmar y, lo que es crucial, remitir la situación de este país a la Corte Penal Internacional.
“Este es un momento crítico que exige la acción inmediata del Consejo de Seguridad, lo que incluye la celebración de una sesión abierta sobre Myanmar y condenar rotundamente las detenciones y otras violaciones de derechos humanos por las fuerzas armadas. Por último, el Consejo debe exigir la libertad inmediata de todas las personas detenidas en los asaltos del lunes si no van a ser acusadas formalmente y sin dilación de un delito reconocido en el derecho internacional”.
Información complementaria
El Consejo de Seguridad de la ONU celebrará una reunión de emergencia a puerta cerrada sobre Myanmar el martes 2 de febrero a las 10 de la mañana EST en respuesta al golpe de Estado de ayer en este país.
Las fuerzas armadas impusieron ayer un estado de excepción bajo la autoridad del comandante en jefe, general Min Aung Hlaing, y han detenido a decenas de autoridades civiles elegidas, otras personalidades políticas destacadas, así como a activistas políticos y defensores y defensoras de los derechos humanos. Se han ordenado cortes de los sistemas de telecomunicaciones en partes del país.
En un informe de 2018, Amnistía Internacional citó al general Min Aung Hlaing entre las personas responsables de crímenes de lesa humanidad perpetrados como parte del ataque generalizado y sistemático contra la población rohinyá en el estado septentrional de Rajine.
El año pasado, las fuerzas armadas siguieron cometiendo violaciones graves de derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra, contra las minorías étnicas de los estados de Chin, Kachin, Rajine y Shan, eludiendo la rendición de cuentas. Amnistía reveló datos de ataques aéreos indiscriminados que causaron la muerte de menores de edad, así como torturas y detención arbitraria.
La Misión Internacional Independiente de Investigación sobre Myanmar, establecido por la ONU en 2019 ha pedido que el general Min Aung Hlaing sea investigado y enjuiciado por genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra.