Ucrania: Los derechos en peligro en Slovyansk

Aumentan los temores por la seguridad de la población de Slovyansk, localidad del este de Ucrania donde las fuerzas ucranianas están intentando recuperar el control, ha dicho hoy Amnistía Internacional.

 “A medida que se intensifica la operación existe el peligro, siempre presente, de que queden transeúntes atrapados en el fuego cruzado. Pedimos a todas las partes en el conflicto que se abstengan de cometer abusos contra los derechos humanos”, ha dicho Heather McGill, investigadora sobre Ucrania de Amnistía Internacional.

 “Tanto los grupos armados como las fuerzas armadas ucranianas deben hacer todo lo que esté en su mano para salvaguardar el derecho a la vida durante este turbulento periodo.” 

 El 30 de abril, el presidente de Ucrania en funciones afirmó que la situación en Donetsk y en partes de esta región, incluida Slovyansk, era sumamente peligrosa, porque las autoridades ucranianas ya no podían ejercer el control. 

 “Mientras continúa la lucha por el control de Ucrania, la población general es la que sufre las consecuencias. Sus derechos deben protegerse por encima de todo”, ha dicho Heather McGill. “Actualmente el peligro viene de ambos lados: durante las operaciones de seguridad de las fuerzas armadas e interiores de Ucrania y a manos de los grupos armados”. 

 Más de 20 personas han sido secuestradas en Slovyansk por grupos armados que se resisten a las autoridades de Kiev desde el 13 de abril, incluidos varios corresponsales de medios de comunicación extranjeros y un grupo de ocho observadores militares de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Los corresponsales han sido puestos en libertad, y uno de los observadores de la OSCE también, por motivos de salud, el 27 de abril. 

 Al menos tres periodistas ucranianos y un habitante de la localidad siguen cautivos. Artem Deynega, residente en Slovyansk, fue secuestrado el 13 de abril por personas sin identificar tras filmar desde una terraza situada al otro lado de la calle el edificio de la jefatura de los Servicios de Seguridad Ucranianos. Serhiy Lefter, periodista de la Open Dialogue Foundation, desapareció el 15 de abril. La familia de Serhiy Shapoval, del Volyn Post, no ha sabido nada de él desde el 26 de abril. Irma Krat, periodista y activista de las protestas del Euromaidan, fue secuestrada el 20 de abril.

 El 29 de abril, cuatro hombres enmascarados dieron el alto en un puesto de control a Mikhail Konovalov, psicopedagogo y activista de Amnistía Internacional, y lo interrogaron por llevar un calendario de Amnistía Internacional. Los hombres lo obligaron a arrodillarse a punta de pistola y le ataron las manos con cuerda de nailon. Después tuvo que permanecer en el lugar durante aproximadamente media hora antes de que llegaran la orden de ponerlo en libertad. 

 “Tenía miedo. No creía que fueran a matarme, pero pensaba que no dudarían en herirme”, dijo Mikhail Konovalov.  

 “Poner en el punto de mira a periodistas y defensores de los derechos humanos es una práctica despreciable que debe terminar, ya que son los que investigan y dan a conocer los abusos contra los derechos humanos, y por tanto su trabajo debe recibir protección”, ha dicho Heather McGill.