La orden dada por el gobierno de Sri Lanka de que los trabajadores de ayuda humanitaria de la ONU y de organizaciones no gubernamentales abandonen la región septentrional de Wanni, arrasada por la guerra, puede poner en un peligro aún mayor a las decenas de miles de personas desplazadas que se encuentran atrapadas entre las dos partes del conflicto. Así lo ha advertido Amnistía Internacional.
El personal nacional de organismos internacionales de ayuda humanitaria que quedará atrás en Wanni teme que la retirada del personal internacional lo haga más vulnerable a los abusos de los Tigres de Liberación de Eelam Tamil. Amnistía Internacional ha recibido informes fidedignos que indican que los Tigres de Liberación han impedido a la población civil trasladarse a lugares más seguros en zonas controladas por el gobierno. Además, los Tigres están reclutando activamente a menores en los campos establecidos para los nuevos desplazados.
“Los organismos de ayuda humanitaria han proporcionado una cuerda de salvamento a decenas de miles de civiles atrapados. Si se retira a estos trabajadores de la región, se reducirán aún más las posibilidades de que los civiles que más lo necesitan reciban comida, cobijo y suministros médicos”, ha manifestado Sam Zarifi, director del Programa para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.
Los trabajadores de ayuda humanitaria de Wanni dijeron a Amnistía Internacional que temían que el gobierno carezca de capacidad para proporcionar la seguridad y los artículos esenciales básicos para quienes han tenido que huir de sus casas a consecuencia de la intensificación de los combates entre las fuerzas gubernamentales y los Tigres de Liberación. Siete organismos internacionales de ayuda humanitaria, incluido el Programa Mundial de Alimentos, estaban proporcionando ayuda alimentaria de emergencia en Wanni.
“El gobierno de Sri Lanka ha asumido la responsabilidad total de garantizar que se cubren las necesidades de la población civil afectada por las hostilidades. Si el gobierno dice a los trabajadores de ayuda humanitaria que se retiren, debe demostrar que tiene capacidad suficiente para alimentar y proteger a sus propios ciudadanos y ciudadanas que quedan en la zona”, ha manifestado Sam Zarifi.
Amnistía Internacional ha pedido al gobierno de Sri Lanka que permita a los observadores independientes internacionales que se encuentran en Wanni supervisar la situación y garantizar que los convoyes con alimentos, suministros médicos y otros artículos esenciales entran en la zona, y supervisar también la distribución de esos suministros.
“Los observadores independientes son fundamentales para ayudar a garantizar que los artículos básicos llegan a manos de quienes los necesitan, sin discriminación. Sin observadores independientes en la región, habrá una total ausencia de información sobre las bajas o sobre el estado de los refugios”, ha declarado Sam Zarifi.
Pese a las afirmaciones del gobierno de que se iban a establecer corredores humanitarios que permitan la salida sin peligro de la población civil de Wanni, Amnistía Internacional sólo ha recibido informes sobre el paso sin restricciones a través del control de Omanthai. En virtud del derecho internacional, el gobierno debe garantizar que la población sabe dónde se encuentran estos corredores y cómo llegar hasta ellos.
Información complementaria El gobierno anunció ayer, 8 de septiembre, que ya no podía garantizar la seguridad de los trabajadores de ayuda humanitaria en la zona, y pidió que el personal de la ONU y los organismos humanitarios saliera del territorio controlado por el gobierno.
En virtud del derecho internacional humanitario, tanto el gobierno de Sri Lanka como los Tigres de Liberación de Eelam Tamil tienen la obligación de tratar con humanidad y sin discriminación, en todo momento, a quienes no participan activamente en las hostilidades. Además de prohibir los ataques directos contra estas personas o los ataques indiscriminados, esta disposición incluye la obligación de garantizar que los suministros humanitarios llegan a todas las personas que los necesitan.
La ONU ha empezado a trasladar al personal internacional de Kilinochchi a la zona de Vavuniya, controlada por el gobierno. El Comité Internacional de la Cruz Roja ha emitido una declaración en la que dice que planea seguir ayudando a quienes lo necesiten, independientemente de dónde se encuentren.
El ejército de Sri Lanka ha lanzado una gran ofensiva para recuperar zonas del norte y el este que se encontraban bajo el control de los Tigres de Liberación. Muchas familias han tenido que desplazarse varias veces, en su necesidad de huir de los bombardeos aéreos de las fuerzas gubernamentales.