Ucrania: Discriminación racial en auge

Tememos por nuestros hijos que van a colegios y guarderías; los pueden atacar o matar en cualquier momento. Tomas Lukayi, director de la Asociación Africana en Kiev

Kiev.– En un informe publicado hoy, 10 de julio de 2008, Amnistía Internacional advierte de un aumento alarmante de los ataques violentos contra personas extranjeras y miembros de minorías étnicas y religiosas en Ucrania y de la falta de respuesta adecuada de las autoridades. Cuatro extranjeros han sido asesinados en Kiev desde principios de 2008 debido al color de su piel, según la información que ha recibido la organización de derechos humanos. “Toda persona de aspecto diferente está expuesta a sufrir ataques de particulares, así como frecuentes controles de documentación y la aplicación de criterios raciales por parte de la policía”, afirma Nicola Duckworth, directora del Programa Regional de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central. “Las autoridades ucranianas no pueden permitirse ignorar la xenofobia y el prejuicio social. Tales actitudes pueden impregnar las estructuras oficiales y consolidarse como racismo institucional, dando lugar a un entorno en el que se perpetran y toleran abusos más graves contra los derechos humanos”, añade. El informe de Amnistía Internacional, titulado en inglés Ukraine: Government must act to stop racial discrimination (“Ucrania: El gobierno debe actuar para acabar con la discriminación racial”), documenta el incumplimiento por parte de las autoridades de las obligaciones nacionales e internacionales de garantizar el derecho a no sufrir discriminación de todas las personas que residen en el país. Entre el 8 y el 10 de julio, una delegación de Amnistía Internacional ha expuesto las conclusiones y recomendaciones del informe a las autoridades ucranianas pertinentes, instándolas a que reconozcan públicamente la existencia de la discriminación racial y a que adopten medidas efectivas para abordarla y proteger a las víctimas en potencia. “Aunque apreciamos que las autoridades estuvieran dispuestas a reunirse con nosotros y que en ciertos círculos se reconociera la existencia del problema del racismo y la discriminación, lamentamos la ausencia de consenso en torno a la opinión de que el racismo está aumentando y ha de ser atajado”, añadió Nicola Duckworth. “El racismo y la xenofobia están vivos en realidad, pero son invisibles en términos oficiales. Para comprender la escala y la naturaleza del problema, y como paso para ponerle fin, las autoridades deberían hacer un seguimiento de los incidentes de ataques racistas en toda Ucrania y dejar constancia de ellos. Este seguimiento debería tener una metodología clara en cuanto a qué constituye un ataque racista, con arreglo a las normas internacionales que Ucrania se ha comprometido a hacer cumplir.” “Sin embargo, el mero seguimiento no resolverá la cuestión. Todos los niveles del gobierno deberían denunciar con frecuencia y enérgicamente el racismo y la xenofobia en todas sus formas, reconociendo públicamente la gravedad del problema y la necesidad de realizar acciones concertadas para atajarlo.” Según las organizaciones no gubernamentales, en 2007 hubo 60 ataques racistas en Ucrania, y en seis de ellos se produjo la muerte de las víctimas. Este año ha habido más de 30 casos de racismo hasta la fecha, de los cuales cuatro han sido asesinatos. La mayoría de las víctimas eran de origen africano o asiático. En la mayor parte de los casos, la policía no ha reaccionado con la urgencia necesaria a las peticiones de ayuda de las víctimas de estos ataques o se ha negado a prestar ayuda. En muchos casos, las víctimas no denuncian los delitos porque no confían en que vayan a obtener justicia. También persisten los prejuicios y los ataques violentos contra personas y propiedades judías. A las personas de aspecto extranjero se las intercepta arbitrariamente para someterlas a controles de documentación. La policía ha tomado las huellas y fotografiado a todos los miembros de ciertas comunidades romaníes –incluidos mujeres y menores de edad– al parecer por el único motivo de su identidad étnica. Esta aplicación de criterios raciales supone un quebrantamiento de las obligaciones internacionales de Ucrania.  “El gobierno de Ucrania debe esforzarse por crear una sociedad en que la diversidad no se considere una amenaza sino una fuente de enriquecimiento. Las medidas gubernamentales dirigidas a realizar esta aspiración no harán sino reforzar la posición de Ucrania y el papel que este país puede desempeñar en todos los aspectos de la escena mundial”, asegura Nicola Duckworth. Casos Daniel Osaemor, nigeriano que regentaba un puesto en un mercado, fue agredido el 19 de febrero de 2008 por un grupo de jóvenes cuando salía de un supermercado de Kiev. Según informes, lo rodearon y lo acuchillaron en el pecho. Daniel Osaemor corrió detrás del hombre que aún blandía el cuchillo. Daniel llevaba en el bolsillo una pata de mesa metálica que había utilizado para reparar su puesto y, según informes, golpeó con ella a su agresor en la cabeza. Posteriormente, Daniel Osaemor fue condenado por gamberrismo, pero los tres agresores que lo habían acuchillado no fueron acusados. El responsable de la investigación negó que hubiera existido algún motivo racial en la agresión dirigida contra Daniel Osaemor.   A Jeong Kwon Kang, ciudadano surcoreano, lo mataron cuatro jóvenes en abril de 2007 cuando salía de un supermercado próximo a su domicilio en Kiev. Los agresores le dieron patadas hasta que cayó al suelo. Un testigo declaró que había visto cómo uno del grupo saltaba sobre Jeong Kwon Kang con ambos pies. Cuatro jóvenes fueron detenidos antes de que Jeong Kwon Kang muriera como consecuencia de las heridas, y se los acusó inicialmente de causar lesiones graves y gamberrismo. Según la declaración del fiscal, uno del grupo afirmó que había querido matar a Jeong Kwon Kang debido a su nacionalidad. El cónsul de la Embajada de la República de Corea expresó la opinión de que juzgar como gamberrismo un delito tan grave demuestra “una actitud muy relajada hacia el racismo que resulta muy peligrosa para la reputación de Ucrania”.

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