El gobierno iraní no está cumpliendo con su obligación de impedir la discriminación y los abusos contra los derechos humanos de sus ciudadanos kurdos, especialmente de las mujeres, dice Amnistía Internacional en un nuevo informe que se publica hoy, 30 de julio. La organización expresa su temor de que la represión de los iraníes kurdos, especialmente los defensores y defensoras de los derechos humanos, se esté intensificando.
En el informe aparecen ejemplos de discriminación religiosa y cultural contra los 12 millones de kurdos que se calcula que viven en Irán, y que suponen aproximadamente el 15 por ciento de la población.
Se centra en asuntos relacionados con la vivienda, la educación y el empleo. Los defensores de los derechos humanos y los trabajadores de los medios de comunicación también están siendo objetivo de abusos por expresar sus opiniones.
“La Constitución iraní garantiza la igualdad de todos los iraníes ante la ley. Pero, como muestra nuestro informe, ésta no es la realidad de los kurdos en Irán. El gobierno iraní no ha tomado medidas suficientes para eliminar la discriminación ni poner fin al círculo vicioso de la violencia contra las mujeres y castigar a los responsables”, ha dicho Amnistía Internacional.
El informe afirma que las mujeres kurdas se enfrentan a una doble dificultad para que sus derechos sean reconocidos: como miembros de una minoría étnica marginada y como mujeres en una sociedad predominantemente patriarcal.
Aunque las mujeres y las niñas son el eje de la actividad económica en las zonas kurdas, se utilizan estrictos códigos sociales para justificar la negación de sus derechos humanos. Debido a estos códigos, puede resultar muy difícil para los agentes oficiales investigar las desigualdades en la educación de las niñas, los matrimonios forzados y a edades tempranas y la violencia doméstica contra las mujeres y las niñas kurdas, así como las graves consecuencias de algunos de estos abusos, como los “homicidios por motivos de honor” y el suicidio.
“Las mujeres kurdas son víctimas de violencia diariamente y se enfrentan a la discriminación de agentes oficiales, grupos o particulares, incluidos sus familiares. Las autoridades iraníes tienen la obligación de ejercer la diligencia debida para erradicar la violencia contra las mujeres en el hogar y en la comunidad, algo que no están haciendo”, ha manifestado Amnistía Internacional.
El informe, titulado *Iran: Human rights abuses against the Kurdish minority (Irán: Abusos contra los derechos humanos de la minoría kurda), reconoce que, sin bien las expresiones de la cultura kurda, como la indumentaria y la música, suelen respetarse y el idioma kurdo se emplea en algunos programas y publicaciones, la minoría kurda sigue sufriendo una discriminación muy arraigada.
He aquí algunos casos recientes que han puesto de manifiesto violaciones de derechos humanos concretas contra kurdos:
* Farzad Kamangar, Ali Heydariyan y Farhad Vakili, todos de etnia kurda, fueron condenados a muerte en febrero de 2008 tras ser declarados culpables de ser “mohareb”, (enemigos de Dios), después de un proceso lleno de irregularidades que distó mucho de cumplir las normas internacionales sobre juicios justos. El de mohareb es un cargo que se presenta contra las personas acusadas de alzarse en armas contra el Estado, al parecer en relación con su presunta pertenencia al grupo armado Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), que comete atentados en Turquía. Ali Heydariyan y Farhad Vakili también fueron condenados a 10 años de cárcel, al parecer por falsificación de documentos. Según las leyes iraníes, deben cumplir sus penas de prisión antes de ser ejecutados.
Los activistas de derechos humanos en Irán han informado que, cuando las autoridades penitenciarias de la cárcel de Raja’i Shahr de la provincia de Teherán informaron a Farzad Kamangar, maestro de 32 años, de la decisión del Tribunal Supremo, le pidieron que escribiera una carta solicitando el indulto. Farzad Kamangar se negó a hacerlo, pues habría supuesto reconocerse culpable, algo que siempre ha negado. El 11 de julio, el Supremo confirmó su condena a muerte, que puede cumplirse en cualquier momento.
* En mayo de este año, Mohammad Sadiq Kabudvand fue condenado a 11 años de cárcel por la Sala número 15 del Tribunal Revolucionario de Teherán. Al parecer, la condena incluye 10 años de cárcel por “actuar contra la seguridad del Estado creando la Organización de Derechos Humanos de Kurdistán (HROK)” y un año por “propaganda contra el sistema”. La sentencia se dictó tras un juicio a puerta cerrada. Amnistía Internacional considera que Mohammad Sadiq Kabudvand es preso de conciencia, recluido únicamente por ejercer pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión y asociación durante su actividad como presidente de la HROK y su labor como periodista. Estos derechos están expresamente reconocidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que Irán es Estado Parte.
* La estudiante de psicología Hana Abdi fue detenida el 4 de noviembre de 2007 en la casa de su abuelo en Sanandaj. La mantuvieron en régimen de incomunicación durante tres meses. En junio de 2008 fue condenada a cinco años de cárcel, que cumplirá en el exilio de la provincia de Azerbaiyán Occidental, en la pequeña localidad de Germi, en la frontera con la República de Azerbaiyán. Según su abogado, la Sala número 2 del Tribunal Revolucionario de Sanandaj la declaró culpable de “reunión y colusión para la comisión de un delito contra la seguridad nacional”. Hana Abdi es miembro de la Campaña por la Igualdad, una iniciativa en favor de los derechos de las mujeres iraníes que trata de poner fin a la discriminación legal contra las mujeres en Irán. Amnistía Internacional considera a Hana Abdi presa de conciencia, detenida únicamente por ejercer pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión y asociación, y opina que los cargos presentados contra ella tuvieron motivación política.
“Instamos a las autoridades iraníes a que tomen medidas concretas para poner fin a las discriminaciones y otras violaciones de derechos humanos relacionadas con ellas que sufren en Irán los kurdos y cualquier otra minoría”, ha declarado Amnistía Internacional.
“Los kurdos y el resto de las personas integrantes de comunidades minoritarias en Irán, sean hombres, mujeres o menores, tienen derecho a disfrutar de todos los derechos humanos. Las autoridades iraníes deben promover y proteger los derechos de los defensores de los derechos humanos, incluidas las activistas en favor de los derechos humanos de las mujeres, y cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos”.
Información general El informe, titulado *Iran: Human rights abuses against the Kurdish minority (Índice AI: MDE 13/088/2008) es el último de una serie de informes de Amnistía Internacional sobre abusos contra los derechos humanos contra minorías étnicas y culturales en Irán. Los anteriores trataron de los abusos contra los árabes ahwazíes y los baluchis.
Amnistía Internacional ha planteado en anteriores ocasiones a las autoridades iraníes muchos de los motivos de preocupación y los casos que aparecen en este informe, sin obtener una respuesta adecuada. Las autoridades iraníes rara vez responden a la organización y desde hace más de 28 años no permiten que Amnistía Internacional acceda a Irán para investigar los derechos humanos.
FIN/