Libia: La expulsión de migrantes irregulares constituiría una violación de derechos humanos

La decisión adoptada por Libia esta semana de expulsar con efecto inmediato a todas las personas en situación de migración irregular podría tener graves consecuencias, según manifestó Amnistía Internacional el 18 de enero. Las expulsiones colectivas son intrínsecamente arbitrarias y, con una medida tan radical, quienes buscan refugio huyendo de la persecución corren el riesgo de ser enviados de vuelta a la tortura y otras violaciones graves de derechos humanos.

Libia tiene la obligación, en virtud del derecho internacional de los derechos humanos, de no enviar a ninguna persona a un país donde correría peligro de sufrir graves violaciones de derechos humanos. El derecho internacional de los derechos humanos prohíbe también las expulsiones colectivas.

“Pedimos a las autoridades libias que no apliquen lo que aparentemente es una decisión precipitada, ya que supondría violar los derechos de posiblemente cientos de miles de personas, mujeres y menores incluidos” señaló Philip Luther, director adjunto del Programa Regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

Libia ha expulsado periódicamente a personas refugiadas y solicitantes de asilo en los últimos años, y expulsa por sistema a las personas migrantes de manera colectiva, como puso de relieve el Comité de Derechos Humanos de la ONU al señalar sus motivos de preocupación en octubre de 2007.

“Las autoridades libias deben garantizar que no se lleva a cabo ninguna expulsión de manera arbitraria ni se expulsa a ninguna persona necesitada de protección internacional” declaró Philip Luther.

En los últimos años, el gobierno ha detenido y devuelto a decenas de miles de personas de nacionalidad extranjera que eran sospechosas de haber entrado en el país de manera irregular, sin prestar atención a sus posibles necesidades de protección. Muchas de esas personas eran trabajadores migrantes, pero las autoridades no parecen esforzarse mucho en distinguir entre personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo. En los últimos años son motivo de especial preocupación las personas de nacionalidad eritrea, algunas de las cuales han huido  de Eritrea por miedo a sufrir persecución por sus ideas políticas.

Amnistía Internacional también considera preocupante el trato que reciben las personas expuestas a ser expulsadas en aplicación de la nueva decisión. Se ha denunciado con insistencia que personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas corren peligro de tortura u otros malos tratos en el momento de su detención y, especialmente, en los centros de detención.

“Pedimos garantías a Libia de que todas las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas detenidas en el país reciben protección frente a la tortura y los malos tratos, así como un trato humano -manifestó Philip Luther-. Estas personas deben recibir asistencia médica adecuada y tener la posibilidad de impugnar la legitimidad de su detención.”