Con motivo de la tercera reunión sobre Afganistán convocada por la ONU que tendrá lugar en Doha (Qatar) los días 30 de junio y 1 de julio de 2024, Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, ha declarado:
“La credibilidad de esta reunión se hará añicos si no aborda adecuadamente la crisis de derechos humanos en Afganistán y no involucra a las defensoras afganas de los derechos humanos y otras partes interesadas pertinentes de la sociedad civil afgana”.
Los derechos de las mujeres y las niñas en Afganistán no son negociables, sino que deben estar en el centro de la reunión convocada por la ONU en Doha, que debería desembocar en su restitución.
Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional
“Dejar de lado unos debates fundamentales sobre derechos humanos sería inaceptable y sentaría un precedente enormemente perjudicial. Ceder a las condiciones de los talibanes para asegurar su participación en las conversaciones podría legitimar su sistema institucionalizado de opresión basado en el género, un sistema que ha tratado de borrar a las mujeres y las niñas de la sociedad despojándolas cruelmente de sus derechos más fundamentales”.
“La comunidad internacional debe adoptar una postura clara y unida: los derechos de las mujeres y las niñas en Afganistán no son negociables, sino que deben estar en el centro de la reunión convocada por la ONU en Doha, que debería desembocar en su restitución”.
Información complementaria
La próxima reunión de Doha es la tercera de las múltiples rondas de conversaciones sobre Afganistán organizadas por la ONU en el último año. Los talibanes no fueron incluidos en la primera serie de conversaciones de mayo de 2023 y luego rechazaron una invitación a la segunda ronda en febrero de 2024.
El 6 de junio de 2024, Amnistía Internacional se unió a otras 10 organizaciones en una carta dirigida al Consejo de Seguridad de la ONU y a los Estados Miembros instándoles a garantizar que los derechos de las mujeres ocupen un lugar central en todos los debates de la próxima reunión de Doha. También instó a los Estados Miembros a que evitaran la normalización o legitimación de los talibanes hasta que se demuestre un progreso medible y verificado de forma independiente en todos los derechos humanos, especialmente en los derechos de las mujeres, junto con el enjuiciamiento imparcial de todos los presuntos responsables penales de crímenes de derecho internacional y violaciones de derechos humanos.
El relator especial de la ONU sobre Afganistán, en su informe dado a conocer la semana pasada, calificó el sistema talibán de discriminación de las mujeres y las niñas de “omnipresente y metódico”. También hay una creciente campaña mundial liderada por mujeres afganas para codificar el apartheid de género en el derecho internacional, a la que Amnistía Internacional se enorgulleció de unirse hace poco.